La UC fue uno de los escenarios de este festival que buscó visibilizar y reivindicar los derechos de las mujeres víctimas de violencia sexual en Colombia.
La participación de las universidades, mediante la construcción de conocimiento y de nuevas dinámicas y valores para la construcción una sociedad y un país más sanos, pacíficos y autosotenibles, es fundamental hoy en un contexto en el que el Gobierno Nacional adelanta iniciativas para conseguir el fin del conflicto armado en Colombia.
Por eso, los teatros de Bogotá y Faenza de la Universidad Central fueron los escenarios en los que víctimas de violencia sexual de diferentes regiones del país se congregaron durante el Festival por la Vida de las Mujeres para unir sus voces, contar sus historias y hacer reflexionar a los hombres y a otras mujeres sobre este crimen de guerra. Ellas han dejado a un lado la vergüenza para exigir reparación y que la justicia se encargue de quienes sí son culpables.
El Festival convocó a mujeres y hombres los días 24 y 25 de mayo como parte de la campaña No es hora de callar, liderada por Jineth Bedoya Lima, periodista y hoy activista de los derechos de las mujeres en Colombia, quien un 25 de mayo fue secuestrada, torturada y abusada sexualmente por integrantes de grupos paramilitares. El crimen sigue impune, aunque ella se atrevió a denunciarlo abiertamente y ha contado con el apoyo de diferentes organismos internacionales, que han catalogado su caso como emblemático debido a que pudo evitarse y a que el sistema judicial no ha hecho avances significativos para capturar a sus autores intelectuales en más de una década. En razón a ello, el 25 de mayo se conmemora el Día Nacional por la Dignidad de las Mujeres Víctimas de Violencia Sexual.
Hoy, quince años después, con la campaña No es hora de callar, Bedoya Lima busca movilizar al país, crear consciencia sobre este tipo de violencia, hacer reflexionar a los hombres, quienes "llevan el 98 % del problema", y ayudar a miles de mujeres que como ella han sido vulneradas, pero no tienen las oportunidades ni los medios para hacerse escuchar, para exigir justicia, reparación y llevar su mensaje a otros colombianos.
"Este país no se puede reconstruir desde la rabia y desde la venganza [...], en mi caso hay implicados miembros de la Fuerza Pública, sin embargo, hoy les estoy ayudando y les estoy capacitando para que entiendan la dimensión de la violencia sexual, creo que eso es hacer un proceso de entender el compromiso que como víctima se debe tener con un país", señaló la periodista de El Tiempo, en rueda de prensa posterior al conversatorio que se celebró en el Teatro Faenza.
Por ello, y como parte del impacto que busca generar la campaña No es hora de callar, integrantes de las Fuerzas Militares, en cabeza del general Rodolfo Palomino, fueron congregados en el Teatro de Bogotá, pues apoyarán la lucha contra el maltrato hacia la mujer a través de la línea gratuita 155. En esta línea las mujeres podrán solicitar ayuda y acompañamiento ante cualquier agresión física, verbal, económica o psicológica y cualquier ciudadano podrá denunciar estos casos, a fin de que la Policía actúe de manera inmediata.
Las voces de las sobrevivientes
Luego de haber perdido esposos, hijos, de haber visto a sus propias hijas ser violentadas y de padecer ellas mismas varias veces estos abusos, que se suman al desplazamiento forzado, estas mujeres se han unido para conformar una gran familia que exige dignificación y justicia sin revictimización a causa de los procesos legales.
Gisela Caravali, activista por los derechos de las mujeres, manifestó oficialmente ante el auditorio la preocupación que existe ante el inminente vencimiento del plazo para la inclusión de mayores garantías que cobijen a las víctimas a la hora de inscribirse en el registro único de víctimas y de dar declaraciones, según lo estipulado en el proyecto de Ley 157 de 2015.
Luz Erika Alegría, líder de Afrodes y natural de Buenaventura, quien ha sido atacada y amenazada de manera sistemática desde 2012, señala sobre este tema: "agradecemos infinitamente el esfuerzo que el Estado y algunas organizaciones hacen, porque hay miles de víctimas, pero el avance todavía es lento. Hoy se ha logrado algo muy grande, tenemos casi el 50 % de esta batalla ganada, gracias a la intervención oportuna de la doctora Jineth Bedoya, que ha creído en miles de mujeres, porque algunas organizaciones nacionales y locales todavía no tienen una conciencia abierta de que existen muchos tipos de violencia sexual".
Alegría también señaló que es necesario educar más a las organizaciones sobre el acompañamiento y destacó que "educar a las propias víctimas para trabajar con víctimas" sería un aporte significativo en este proceso. También añadió que el proceso de paz debe comenzar en la conciencia de cada uno de los colombianos, pues a pesar de las negociaciones que se adelantan en la Habana todavía hay enfrentamientos e innumerables desplazados, "creo que en este momento el avance sobre la paz lo estamos dando las mujeres con eventos como estos".
Los asistentes y espectadores vía streaming del conversatorio fueron testigos del coraje y la valentía con que estas mujeres han afrontado el horror de una guerra que hizo de sus cuerpos también su territorio, pero que se han levantado y unido para negarse a ello y no callar más, reivindicar sus derechos y apoyar la construcción de un país justo y en paz.
Música para celebrar la vida
El cierre del Festival, que inició el domingo 24 de mayo con la toma de una fotografía multitudinaria, a cargo de Mauricio Velez, en el centro comercial Gran Estación, finalizó con una gala musical en el Teatro Faenza, que recibió con alfombra roja a personalidades del mundo del espectáculo y contó con la presencia de artistas como Julieta Venegas, la Santa Cecilia, Kany García, Pilar Jurado y Orito Cantora.
Este evento en honor de las mujeres fue organizado por No es hora de callar, el diario El Tiempo y apoyado por organizaciones e instituciones como la Secretaría de la Mujer, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), ONU mujeres, la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas, la Alcaldía Mayor de Bogotá, el Fondo de Justicia Transicional y la Universidad Central, entre otras.