El maestro Alejandro Roca, director de Taller de Ópera de la Universidad Central, y estrecho colaborador de la Ópera de Colombia, la despide con unas palabras.
Como una de las gestoras culturales más importantes de la historia reciente de Colombia, Gloria Zea no solo marcó un hito para las artes con la consolidación del Museo de Arte Moderno de Bogotá (MAMBO), sino con el surgimiento y renacimiento de la ópera en Colombia.
Gloria Zea fue una mujer increíble desde el punto de vista humano y de gestión. Ella fue parte de esa generación que abrió los caminos para todo lo que tenemos hoy. Una generación que durante los años 60 y 70 se dio un poco “la pela” por forjar y crear instituciones culturales contra viento y marea, de mantenerlas a flote, de dar la lucha política y social para tal fin y, por supuesto, la lucha económica para crear instituciones que han marcado el derrotero cultural de nuestro país en los últimos 40 años.
Una de estas instituciones son el MAMBO y la Ópera de Colombia. Zea, junto con Alberto Upegui, Francisco Vergara y Almar de Greiff fundaron esta última en 1976, cuando Gloria Zea dirigía Concultura. Su importancia radicó en que es la primera compañía profesional de ópera del país.
La Ópera de Colombia ha tenido temporadas por más de 40 años y es la institución en la que se han formado más de cinco generaciones completas de cantantes y artistas. Esto ha sido importante para el país, y ha sido el motor para que todo lo que pasa hoy con las universidades que tiene un área de canto lírico —como la Universidad Central—, las otras compañías, los teatros y todos los que programan eventos culturales tengan un punto de partida.
Como homenaje a la trayectoria de Gloria Zea y a su aporte al Taller de Ópera de la Universidad Central, el Departamento de Estudios Musicales dedicarán la obra que el Taller de Ópera presentará el próximo 29 de mayo en el Teatro Libre de Chapinero a las 7:30 p. m.
Yo siempre digo que el Taller de Ópera y el énfasis en canto del Departamento de Estudios Musicales son, en cierta medida, hijos de Gloria Zea y de la Ópera de Colombia. Recuerdo cuando ella nos expresó a Sarah Cullins —Fundadora del Taller de Ópera de la Universidad Central— y a mí, hace aproximadamente 13 años, la necesidad de que existiera un programa de alta formación para cantantes. Y partiendo de eso, y del interés de la U. Central, se formó el énfasis en canto en 2007 e, inmediatamente, empezó el proyecto del Taller de Ópera.
El apoyo de Gloria Zea para el Taller de Ópera fue fundamental no solamente a nivel conceptual e intelectual, si por su patrocinio real, que, con sus medios —como los materiales de la Ópera de Colombia, utilería, espacios para ensayos, vestuario, contactos— ayudó siempre para que el Taller creciera y lograra hacer sus producciones.
Gloria Zea fue para nosotros un apoyo invaluable, al igual que todo su equipo de colaboradores conformado por Alejandro Chacón, Adán Martínez (QEPD), Liliana Fuentes, René Coronado. Toda la gente que trabaja para la Ópera de Colombia ha respaldado siempre el proceso del Taller desde todo punto de vista, como público, como institución, etc.
En lo personal, tuve una relación estrecha con Gloria Zea los últimos 13 años. Ella fue la razón por la cual regresé a Colombia, pues me ofreció un contrato con la Ópera de Colombia. Al año siguiente, salió la propuesta de la Universidad Central, que me dio un motivo más para quedarme.
Tuve la oportunidad de trabajar cercanamente con ella en todos los proyectos que llevó a cabo desde 2006, hasta este mes, que se estrenó Madame Butterfly. En retrospectiva, esto ha sido muy emocionante para mí, pues este fue su último proyecto en coproducción con el Teatro Mayor Julio Mario Santodomingo.
Gloria Zea era una mujer que cumplía lo que se proponía. Prueba de eso es la producción de El Caballero de la Rosa de Richard Strauss. Ella siempre dijo que no se moría sin hacer esta obra en Colombia. Y, en 2018, finalmente cumplió su deseo de presentarla.
Quiero terminar diciendo que el Taller de Ópera de la Universidad Central y yo, en lo personal, estamos profundamente agradecidos con la labor de Gloria Zea. Creemos que nuestra misión es mantener vivo su legado, y seguir formando generaciones de cantantes y artistas que puedan estar a la altura de lo que ella siempre quiso.
