Los profesores Javier Correa C. y Andrés Torres Guerrero, de Comunicación Social y Periodismo, presentaron las ediciones electrónicas de sus novelas.
Javier Correa Correa presentó "La mujer de los condenados" y "Si las paredes hablaran" y Andrés Torres Guerrero, "Sótanos", publicadas por la editorial colombiana eLibros.
"La mujer de los condenados" alcanza su tercera edición con la versión digital de eLibros; había sido publicada en 2001 por la Universidad de Antioquia y en 2006, por Literaria Ediciones, de Buenos Aires. "Si las paredes hablaran", ganadora del concurso de novela corta del Taller de Escritores de la Universidad Central, alcanza su segunda edición. Había sido publicada por la Universidad Central en 2006.
"Sótanos", por su parte, fue publicada en 2009 por el autor, en una edición que se agotó.
El certamen de presentación se realizó en el estand 434 del pabellón 3, de Corferias, con la participación de los músicos Juan Andrés y Nicolás Ospina, quienes, en apenas un mes, han logrado cerca de tres millones y medio de visitas en YouTube a su video "Qué difícil es hablar el español".
Nuevo en Colombia: tarjeta eBook
eLibros es la primera editorial que nace en Colombia con publicación de libros electrónicos y tiene a su haber ocho novelas de autores latinoamericanos contemporáneos en la Colección Sur, de la que forman parte las novelas de Javier Correa Correa y Andrés Torres Guerrero.
Los eBooks pueden leerse en computador (Windows o Mac), smartphones, tablets o ereaders, utilizando aplicaciones ya instaladas en cada dispositivo, o descargables de manera gratuita.
"La mujer de los condenados"
Es la historia de esos hombres y mujeres que no han figurado en la historia oficial y que se han debatido a su manera entre participar o no en la guerra. No hay héroes en esta novela. Son hombres y mujeres con sus p
equeños gestos que hacen que todo el horror de la guerra se pueda palpar con las manos. Son soldados, prostitutas, guerrilleros o curas: histriones de un gran teatro en el que, al final, todos pierden. Javier Correa Correa, periodista y escritor desde hace treinta años, ha tenido siempre esa obsesión por saber qué pasa con las historias mínimas. Cuando hablamos de mínimas, nos referimos a nuestra existencia como una brizna apenas percibida en la inmensa humanidad. Si bien es cierto que "La mujer de los condenados" está inscrita en un momento histórico de Colombia –la insurrección guerrillera de Guadalupe Salcedo y sus centauros en los años cincuenta–, eso no es lo definitivo en la novela, como tampoco lo es la muerte.
"Si las paredes hablaran"
Tras los vetustos muros de un edificio del centro de Bogotá, Javier Correa Correa descifra y narra la historia de esta hermosa pero decadente construcción y, al mismo tiempo, la de sus moradores. En "Si las paredes hablaran", obra con la que obtuvo el premio del concurso de novela corta del Taller de Escritores de la Universidad Central (TEUC), recrea con sencillez y un toque de ironía las historias de los habitantes del que una vez fue el majestuoso edificio Luis López de Santamaría, una joya arquitectónica venida a menos en una ciudad donde no se aprecia este patrimonio, salvo en contadas ocasiones. Esta bella y melancólica narración, entre la crónica urbana y la novela breve, nos lleva a preguntarnos con aprehensión si tan solo quedarán algunos ladrillos perdidos bajo el césped de edificaciones emblemáticas como el edificio Luis López de Santamaría o si los futuros habitantes de esta gran ciudad podrán apreciar de nuevo el esplendor, la belleza, la gracia y la armonía de estas joyas arquitectónicas de estilo republicano y moderno, obras de arte que muy pocos observan y aprecian, y que se llevan en sus paredes y ladrillos las historias de sus habitantes, que fluyen tan cerca del olvido.
"Sótanos"
Entre calles, plazas y moteles, entre iglesias y casas ajenas, en fin, entre Pasto y Bogotá, el lector de "Sótanos", la pri mera novela de Andrés Torres Guerrero, sigue incansablemente a Asdrúbal Sañudo, estudiante y también profesor de filosofía y literatura (de acuerdo con el tiempo narrativo en que se le mire), en sus recorridos y diva gaciones por las dos ciudades entre las que divide su vida. En su andar incesante, el protagonista se sumerge en toda clase de búsquedas en medio de libros, discos y mujeres, para aliviar esa penosa sensación de aislamiento y ausencia de rumbo que puebla su existencia.
