Con el Programa de Interacción Organizacional, la Facultad de Ingeniería y Ciencias Básicas busca promover un diálogo mutuamente enriquecedor entre sus docentes y diversos sectores sociales.
Hoy más que nunca, la universidad como institución debe caminar de la mano con los distintos actores culturales y económicos de la sociedad. Si quieren mantener su vigencia, los académicos deben nutrir su experiencia docente con los saberes provenientes de los distintos estamentos sociales y sectores del aparato productivo, siempre en evolución; la sociedad, a su vez, está sedienta de la creatividad, la innovación y la reflexión que solo puede aportarle la original perspectiva crítica de los académicos. Se trata de un diálogo de conocimientos cuyos grandes beneficiarios serán la Universidad, la organización acompañante y, sobre todo, los estudiantes unicentralistas.
Así lo ha entendido la Facultad de Ingeniería y Ciencias Básicas, que se ha dado a la tarea de propiciar ese diálogo a través de su Programa de Interacción Organizacional. Los grandes gestores de esta iniciativa son los ingenieros Óscar Herrera (primero en su cargo como decano de la Facultad y ahora como vicerrector académico) y Adolfo Naranjo, actual director del Centro de Investigación de la Facultad de Ingeniería (CIFI).
¿En qué consiste el Programa de Interacción Organizacional?
El Programa de Interacción Organizacional es un espacio de desarrollo profesoral, concebido como complemento para la docencia, dirigido al personal académico de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Básicas. Tiene como finalidad que los profesores de planta vivan una inmersión de tiempo completo en el periodo intersemestral, por un lapso determinado, en organizaciones externas cuyo objeto social corresponda a los campos de interés de la Institución, a fin de abordar in situ una problemática relacionada con su área de estudio e interés profesional.
Según el ingeniero Adolfo Naranjo, es importante que el trabajo que se desarrolle en la Facultad de Ingeniería y Ciencias Básicas tenga una relación directa con el entorno, las problemáticas y las demandas de la ciudad. “En el marco del Programa, buscamos que nuestros profesores puedan vincularse, en el periodo intersemestral, a alguna organización previamente seleccionada, con el objeto de que identifiquen allí oportunidades de proyectos de investigación formativa que puedan desarrollar con los estudiantes de la Facultad”, explica.
Con este propósito en mente, la Facultad contactó a varias organizaciones, como la Federación Nacional de Departamentos y la Asociación de Empresarios de Sibaté, Soacha y sur de Bogotá (Asomuña), al igual que a algunas alcaldías y municipios cercanos a Bogotá. Finalmente, se escogió a la Corporación Maloka de Ciencia, Tecnología e Innovación para llevar a cabo esta primera experiencia de interacción de los profesores de la Facultad en el marco del proyecto.
Cabe señalar que no se establece ningún vínculo laboral entre los docentes participantes en el Programa y la organización externa, y la Universidad es la que paga su salario.
Maloka, primer socio estratégico en el Programa de Interacción
Inicialmente se eligieron las organizaciones interesadas en integrarse al Programa de Interacción. El paso siguiente consistió en la publicación de una convocatoria interna en la Facultad para seleccionar a los docentes que participarían en esta primera temporada del Programa. Por último, se escogió a Maloka como organización acompañante y se firmó el respectivo convenio.
Pese a que la respuesta de los profesores a la convocatoria fue bastante buena, algunas organizaciones expresaron ciertas inquietudes con respecto a la implementación del Programa. Para el ingeniero Naranjo, esto es una cuestión de cultura corporativa y también consecuencia de la novedad del Programa: “Aún existen varios mitos relacionados con cuestiones logísticas y de protocolo. Los directivos de algunas organizaciones se preguntaban, por ejemplo, dónde ubicarían al profesor o cómo deberían dirigirse a este o interactuar con él. Creo que en todo esto hay un proceso natural de aprendizaje. La idea es que nos conozcamos y podamos articularnos”, asegura.
Los docentes escogidos en esta primera convocatoria fueron la profesora Luz Stella Guaje, del Departamento de Matemáticas, y el profesor Áliex Trujillo, del Departamento de Ingeniería Mecánica.
La profesora Guaje participó con el proyecto “El juego como estrategia para el desarrollo del pensamiento lógico-matemático en los estudiantes de 10 y 11”, y se basa en la exposición itinerante de matemáticas de Maloka.
Por su parte, el profesor Trujillo trabajó en el proyecto “Dispositivos interactivos para el aprendizaje con acondicionamiento del equilibrio corporal”. El objetivo es que los estudiantes de ingeniería mecánica diseñen un prototipo mecánico (en este caso una bicicleta) que proporciona una amena experiencia de aprendizaje a partir de la vivencia del equilibrio en el movimiento; esto permite el desarrollo de una reflexión científica y tecnológica en torno a diversos fenómenos físicos y fisiológicos involucrados en este proceso.
Una vez concluida la fase de inmersión en Maloka, los profesores Guaje y Trujillo definieron proyectos de investigación formativa que trabajarán con sus estudiantes durante los próximos dos semestres. Estos proyectos contarán con el acompañamiento y supervisión del director del departamento al que pertenece el profesor y el apoyo y asesoramiento del CIFI.
Los primeros participantes en el Programa hablan de sus experiencias
Para la profesora Guaje, esta experiencia en Maloka le permitió descubrir que, además de ser un centro interactivo, es toda una empresa con un andamiaje muy estructurado. “En Maloka existe una gran preocupación por los visitantes, y se procura que todos ellos tengan acceso al conocimiento en las distintas áreas a través de las exposiciones y las actividades de interacción. Recomiendo este tipo de programas, ya que permiten trabajar de forma colaborativa en la formulación y el desarrollo de propuestas que pueden convertirse en potenciales proyectos en beneficio de las instituciones y las empresas”, dice.
Por su parte, el profesor Trujillo cree que el Programa es una experiencia académica y profesional muy enriquecedora y una oportunidad para medir el pulso del sector real. Según este docente, “el proyecto de investigación formativa está articulado con los campos de acción de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Básicas”.
Algo similar piensa el ingeniero Naranjo, quien considera que el Programa ofrece una oportunidad única para que la Universidad se convierta en un referente entre otras organizaciones y se le considere un socio capaz de aportar soluciones concretas. “Al trabajar con organizaciones externas, muchos de sus directivos terminan sorprendiéndose ante todas las posibilidades que les ofrece la Universidad Central y lo avanzada que está en muchos campos. Creo que debemos vencer un poco la timidez y salir a mostrar lo que tenemos. Es algo que realmente vale la pena”, asegura. También invita a los estudiantes a participar activamente en los proyectos derivados del Programa, pues esto les permite acceder a una experiencia real de las organizaciones del sector productivo, lo que puede llegar a traducirse en futuras oportunidades laborales.
Por último, el ingeniero Óscar Herrera, nuestro actual vicerrector académico y gran artífice del Programa, afirma: “Esperamos que en la segunda fase, que se desarrollará a partir de los proyectos de investigación formativa que están proponiendo los profesores Luz Stella Guaje y Áliex Trujillo, logremos incorporar a nuestros estudiantes en el proceso. La idea es que desarrollen propuestas que constituyan un aporte significativo para las temáticas con las que Maloka trabaja cotidianamente y que, a la vez, nutran nuestros procesos de formación”.
Fuente: Luz Stella Guaje, corresponsal Dpto. de Matemáticas
