Tu Lengua es una iniciativa de la rectoría que busca complementar los esfuerzos que se realizan, desde las áreas académicas de la Institución, en aras de cumplir el compromiso con el cultivo de la lectura y la escritura propio de la Universidad.
Casi todos nosotros, en algún momento de nuestras vidas, hemos experimentado una variedad considerable de sensaciones negativas cuando nos encontramos en situaciones en las que debemos relacionarnos con los demás mediante las palabras. ¿Quién no se ha sentido intimidado al tener que hablar en público sin saber cómo "hilar" el discurso? ¿Cuántas veces, en el rol de estudiantes, nos ha invadido la frustración al recibir nuestros trabajos de vuelta con observaciones negativas de nuestros profesores, porque reproducimos "tal cual" fragmentos de un texto que debíamos resumir o, en el extremo opuesto, porque incluimos en nuestro pretendido resumen opiniones propias, en lugar de las ideas principales contenidas en el texto sobre el cual debíamos trabajar? ¿Quién, entre nosotros, no se ha quedado estupefacto al sentarse frente al papel, la máquina de escribir o el computador —según las manías del autor y la generación a la que pertenezca— para escribir una carta, y descubrir que no tenemos idea de cómo dirigirnos a su destinatario? Incluso habrá quienes se han indignado sin justa causa cuando les han pedido un "ósculo", y otros tantos que se habrán hecho expectativas infundadas sobre las implicaciones de esa petición...
A veces, situaciones como las descritas en las líneas anteriores no pasan de ser anecdóticas: nos sonrojamos cuando ocurren, buscamos la manera de solventar nuestra falta de conocimiento o de habilidad en el uso del lenguaje y, en el mejor de los casos, nos reímos de nosotros mismos al recordar el asunto con el paso del tiempo. Además, es absolutamente normal que hasta el más docto de los lingüistas se tope de cuando en cuando con un término cuyo significado desconoce: seguramente nadie ha memorizado las más de 88 000 entradas válidas del Diccionario de la Real Academia Española (RAE) con sus correspondientes definiciones, las cuales (por si fuese poco) son susceptibles de corrección y aumento; también es frecuente que hasta el más hábil de los escritores se vea enfrentado a la redacción de un texto que, por momentos, parece exceder sus destrezas. Lo importante —tanto en el caso de los "profesionales de la lengua" como en el de quienes no lo son— es que ni el orgullo ni la vergüenza nos impidan reconocer nuestra ignorancia, y que la curiosidad y el empeño continúen moviéndonos para superar este tipo de retos.
No obstante, hay casos en los que sucede lo contrario: desistimos demasiado pronto ante nuestras dificultades para producir un texto claro; nos rendimos ante el grado de esfuerzo que implica manejar las normas básicas de la ortografía y la gramática —que no es tan alto comparado con el de muchas otras actividades—; renunciamos a una lectura o a una conversación cuando, en medio de ella, encontramos un par de palabras cuyo significado desconocemos, e incluso, hay quienes optan por "ganarse la vida" ejerciendo oficios que aparentemente no tienen relación con el idioma, con la ilusión —que es solo eso—de librarse de una vez por todas de los "molestos asuntos" de la sintaxis, la semántica, la coherencia... Desafortunadamente, estos casos son mayoría hoy por hoy.
Cuando limitamos así nuestro conocimiento de la lengua, castramos nuestras posibilidades de conocer el mundo, de disfrutar de él y de entablar relaciones gratificantes con quienes nos rodean, ya que las palabras —la lengua española en nuestro caso— son nuestro principal recurso para aprender, pensar y comunicarnos, capacidades que son las que nos distinguen como seres humanos. Es por esto que, quienes nos desempeñamos en el sector educativo (independientemente de la posición que ocupemos en él) tenemos la responsabilidad de trabajar constantemente por conocer y emplear el idioma de forma cada vez más adecuada y, a la vez, de lograr que los más jóvenes se apropien de él y se interesen por la práctica de la lectura y la escritura.
Por iniciativa del señor rector, doctor Rafael Santos Calderón, el Departamento de Comunicación y Publicaciones de la Universidad Central lanzó, el pasado 23 de abril, el proyecto Tu Lengua. En consonancia con las reflexiones aquí esbozadas, este proyecto busca complementar los esfuerzos que se realizan, desde las áreas académicas de la Institución, en aras de cumplir el compromiso con el cultivo de la lectura y la escritura propio de la Universidad, y que está explícito en nuestro Proyecto Educativo Institucional.
Quienes hemos estado involucrados en el desarrollo de Tu Lengua sabemos que este proyecto constituye solamente un pequeño aporte en la difícil tarea de superar las deficiencias en el uso del idioma —evidentes tanto al interior de nuestra Universidad como en la sociedad en general—; aun así, esperamos que los integrantes de la comunidad unicentralista y, en especial, nuestros estudiantes, encuentren en esta iniciativa un recurso útil para superar sus dificultades en torno a la lectura, la escritura y la expresión oral, así como un pretexto para renovar su amor por la lengua española.