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Los dos lados de la violencia en Colombia

Una reflexión sobre los actos visibles e invisibles que forman y promueven la violencia en Colombia.

Bogotazo
Bogotazo, 9 de abril de 1948

 

Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete la opinión de la Universidad Central.

El siguiente artículo está dedicado a cada ciudadano que, a favor o en contra de las protestas con violencia, se permite un espacio para comprender desde la historia cómo ha funcionado la violencia en actos revolucionarios.

Como colombianos nos hemos enfrentado a diferentes tipos de violencia a lo largo de nuestra historia, estas las clasificaré en violencia invisible y violencia visible. La violencia invisible es aquella en la que podemos evidenciar comportamientos que no permiten la satisfacción de las personas y sus necesidades. Por otro lado, la violencia visible es la que se concreta con un acto de violencia.

Teniendo en cuenta lo anterior, es preciso entender que a lo largo de los años nuestro país ha estado inmerso en la violencia desde diferentes ángulos, sin embargo, solo en ciertas situaciones parecen normalizarse este tipo de actos. En este punto, es inevitable hacer un pequeño recorrido por algunas manifestaciones revolucionarias que se han presentado en nuestra historia, para entender mejor la situación.

Iniciemos con la masacre de las bananeras, en donde jornaleros y campesinos cansados de las malas condiciones laborales por parte de la United Fruit Company, protestaron en Santa Marta para pedir mejora en su condición laboral, el Gobierno al tanto de la situación militarizó toda la zona para evitar que se generaran protestas; los ciudadanos hicieron caso omiso a las diferentes represiones por parte del Estado, y como solución a eso, se dio la orden de abrir fuego generando la muerte de miles de ciudadanos.

Otro referente fue el Bogotazo, estallido de violencia que tuvo lugar en Bogotá, Colombia tras el asesinato del líder político liberal Jorge Eliécer Gaitán. Su asesinato en manos de Juan Roa Sierra provocó que sus seguidores salieran a la calle a protestar de forma violenta tras la inconformidad, convirtiéndose en el inicio del periodo llamado La violencia. Ante esta situación el gobierno logró reprimir a los protestantes y en muchas ocasiones, disparó contra ellos.

¿La violencia entonces empieza por la política y nuestros dirigentes?

Casos como los anteriores tenemos suficientes, no obstante, para no hacer tan extensa la explicación daremos continuidad. En la actualidad, esa violencia invisible causada por el Estado no ha disminuido ni desaparecido, por el contrario, parece regresar siempre con más fuerza y por parte de los mismos.

Es este tipo de violencia invisible es la que puede llegar a normalizarse, una aceptación por parte del estado que protege y justifica a sus funcionarios sin importar que atenten contra la vida, la dignidad y los derechos de los ciudadanos. Sin embargo, cuando se trata de las personas manifestándose por las injusticias en pro de la igualdad como respuesta a la opresión, se considera un acto vandálico al que se debe poner fin (violencia visible).

Ustedes se preguntarán entonces, ¿la violencia debe acabar con más violencia? No necesariamente, pero es una respuesta natural del ser humano frente a la ira o la desesperación ante una situación, cabe aclarar que también existen manifestaciones pacíficas. El llamado es a que los dirigentes generen mesas de diálogo para escuchar a los ciudadanos y buscar soluciones, antes de priorizar la opresión como forma de mantener el orden social.

Jessica Lizarazo Rojas
Estudiante de Comunicación Social y Periodismo
Bogotá, D. C., 18 de febrero de 2021
Imágenes: Cortesía Biblored
Última actualización: 2021-02-19 14:15