Es egresada del programa de Comunicación Social y Periodismo, hoy se desempeña en la Asociación de Oficiales Retirados de las Fuerzas Militares.
Para visitar a nuestra egresada desatacada, llegamos hasta la Asociación Colombiana de Oficiales en Retiro de las Fuerzas Militares (Acore) en donde amablemente nos recibió Ángela Romero, comunicadora social y periodista graduada en el año 2000 de la Universidad Central.
En la actualidad, ella está encargada de las estrategias de comunicación de la Asociación y del grupo sociopolítico que permanece al tanto de todos los temas relacionados no solo con los militares en retiro, sino también con todos aquellos que se encuentran activos. En palabras de Ángela: "Acore es la voz de todos ellos, sobre todo con la coyuntura de La Habana".
Mientras compartíamos un café, Ángela nos contó cómo nació su interés por el periodismo, por conocer a aquellos que se encontraban detrás de las noticias, por quienes escribían y, sobre todo, por quienes estaban detrás de la radio: "...el periodismo siempre ha sido una fascinación para mí, porque desde muy pequeña mi madre me despertaba escuchando noticias y todos los domingos había la disciplina de leer las columnas de opinión.Realmente creo que parte del porqué escogí el periodismo se lo debo a mi madre".
Pero aquello que la impulsó definitivamente a estudiar periodismo ocurrió cuando cursaba el último grado de bachillerato. Para una asignatura debía entrevistar a algún personaje y Ángela, por supuesto, se decidió por un periodista: el cronista Germán Santamaría, quien para entonces trabajaba en el periódico El Tiempo.
Aunque la entrevista nunca obtuvo una calificación debido a que la extravió y no pudo presentarla, sí recuerda con gran entusiasmo las palabras de su entrevistado: "si a usted le gusta el periodismo, hágale porque tiene la vena para hacerlo". Ángela considera que estas palabras marcaron parte del rumbo de su vida.
Su paso por la Universidad Central comenzó después de graduarse como tecnóloga en periodismo. Para ese entonces, varias universidades de Bogotá ofrecían la posibilidad de profesionalización y Ángela decidió continuar sus estudios en la Central, motivada por los principios humanísticos y la educación que siempre ha ofrecido. Pero su formación en la Institución no terminó con la obtención del título profesional, pues tuvo la posibilidad de cursar la Especialización en Comunicación-Educación, en ese momento ratificó su pasión por la profesión.
"Me gustó bastante la Especialización, pues me abrió el campo para ver que hay más cosas para hacer. El campo está virgen. La comunicación no consiste solo en trabajar en una oficina de comunicaciones, sino que va más allá. Es aprender a conocer este país, trabajar con comunidades y prestarles un servicio", asegura.
En cuanto a su experiencia laboral, Ángela manifiesta que salir de la Universidad y encontrar un empleo en el área fue complicado, su primer trabajo fue en una empresa llamada Hombres Públicos, en la que estuvo un año dedicada a ofrecer asesorías de comunicación e imagen, sobre todo, a congresistas. De esta manera se dio a conocer en el sector político y tuvo la oportunidad de trabajar en campañas electorales (como la de Enrique Peñalosa y Noemí Sanín) y en la fundación Buen Gobierno, que lideraba el hoy presidente de la República, Juan Manuel Santos. "Durante todo ese tiempo tuve la oportunidad de conocer mejor el país, de estar del otro lado de la noticia, de ser fuente. Y me siento privilegiada porque me ayudó muchísimo", afirma.
De esa época, la experiencia que califica como más significativa fue la de conocer ese otro país que desconocemos y evidenciar la pobreza de regiones como el Chocó. "Ver el desastre que han hecho nuestros políticos en regiones tan ricas en recursos naturales duele mucho", manifiesta.
Luego de desempeñarse durante casi diez años en el sector político y, tras darse un respiro, esta egresada, cuya vida ha sido impulsada por su amor y dedicación al periodismo, emprendió una nueva etapa laboral que la llevó a trabajar en una fundación de soldados activos. Allí, ha tenido el privilegio de conocer las historias de soldados valientes, entregados y con un gran amor hacia la institución. Al respecto afirma: "...aquí conoce uno el país, la historia de hombres valerosos. Uno de mis sueños es llegar a hacer o escribir algo con respecto a la historia de estos héroes anónimos. Por ejemplo, sobre el general Mora. Él es un hombre valiosísimo y puedo decir que, mientras se encuentre en La Habana, la fuerza pública y el país pueden estar tranquilos y seguros de que hay un hombre serio, con principios muy claros y que es prenda de garantía".