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Noticentral Universidad Central

Poetas colombianos que todo el mundo debería leer

Cultura | 4 Octubre, 2025
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“La poesía del país es una habitación por descubrir”, opina Henry Alexander Gómez, poeta y profesor del programa de Creación Literaria. El 4 de octubre, Colombia celebra el Día del Poeta, una fecha que busca, precisamente, resaltar los aportes de quienes se dedican a este ejercicio para “hallar otras posibilidades de ser”, en palabras de Liliana Moreno Muñoz (Mora), quien también escribe y enseña en dicho programa.

Noticentral conversó con ambos para conocer qué voces consideran esenciales en la poesía colombiana. Junto a sus recomendaciones, aquí damos un pequeño vistazo a la obra de nuestros profesores, partícipes clave en el panorama actual del género. Les invitamos a que exploren con nosotros la multiplicidad de voces que acoge la habitación de la poética nacional, y esperamos que las y los autores que encuentran a continuación sean un punto de partida para recorrer los amplios y diversos espacios que la componen.

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Aurelio Arturo: una voz singular que trasciende épocas

Tomada de: Casa de Poesía Silva.

Nacido a comienzos del siglo XX, el nariñense Aurelio Arturo se mudó a Bogotá para estudiar Derecho. Al tiempo, inició a publicar sus primeros versos en varias revistas universitarias dirigidas por importantes figuras de la escena literaria como Germán Arciniegas y Rafael Maya.

A lo largo de su vida, combinó su trabajo de abogado con la labor poética y la traducción. Así, publicó entre 1945 y 1963 los poemas que luego reunió en su único libro: Morada al sur, una celebración sensorial de la naturaleza. “Encuentro en esta obra un viento, una noche, una frondosidad únicos que siguen acompañando estados del ser”, señaló Liliana Moreno.

Con esta obra, y los poemas posteriores que no recopiló, Arturo destaca como una figura singular en la historia de la poesía colombiana. En palabras de Moreno: “La voz de un poeta como Aurelio Arturo es fundamental en la poesía colombiana por su singularidad. Como el canto de un río, atraviesa modas y discursos y nos regala una visión de la naturaleza colombiana del sur que sigue nutriendo lo que somos”.

Sequía

Porque la sed había herido toda cosa,
todo ser, toda tierra de hombres…
Y nunca más volvería la lluvia.
Y moría la aldea en el silencio de bronce.
Los flacos perros alargaban sus lenguas hasta las
galaxias.
¿Y sólo en secreto saben hablar los bosques?
Y la sed enseñaba palabras procaces,
era un recuerdo de savias y frutas,
era un lirio de hielo abierto en todo el cielo.
Y dijo el hombre: aquí junto a mi lecho
perros de sed y fuego saltan a mi garganta...
Pero más allá de las lontananzas
oigo venir la lluvia danzando jubilosa
con violetas y rosas,
la siento venir en distancias de años,
sus pies menudos, finos y saltarines.
Si lloviera en la aldea,
sobre los valles que bostezan secos,
si lloviera sobre las alfombras
del monte,
sobre la noche de rocas amarillas.
Una delgada aguja había,
perdida,
en la profusa sombra,
una agujita de agua.
Y la joven madre cobriza
inclinada y desnuda como hoja de plátano,
prendido de sus senos
tiene un hijo de barro,
otros días los cielos tímidos descendían
a picotear los granos en su palma de greda.
¿Dónde el agua desnuda,
el agua que brilla y canta?
El agua es en la noche como una luz opaca.
Y esa palabra húmeda sonando lejos en el monte.
Ese fresco tambor no se sabe en dónde.
 
- Aurelio Arturo
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Emilia Ayarza: un lenguaje que busca abarcarlo todo

Tomada de: El Malpensante.

“En mi opinión, ella es la poeta mujer más importante del siglo XX”, afirmó Henry Gómez. Con una amplia obra, Ayarza hizo parte de los grupos de creación literaria más importantes del país, mayoritariamente masculinos, durante décadas. “Lo digo por la época en que escribe: en medio de una tradición profundamente patriarcal anclada a un conservadurismo sostenido desde muchos ángulos”, precisó el profesor.

A pesar de estar tan vinculada con los círculos artísticos, su obra, como la de otras poetas de la misma época, no contó con mucho reconocimiento cuando fue publicada. Sin embargo, en su poesía presentó una forma única de ver la sociedad por medio de la palabra.

Como explicó Gómez: “La poesía de Emilia Ayarza surge desde la traducción necesaria de la realidad. En sus poemas indaga por lo social, la violencia de los años cincuenta, lo femenino y el feminismo, por la otredad, lo no binario, la palabra que busca abarcarlo todo, con la reflexión importante de la propia poesía. Es decir, un trabajo importante desde el lenguaje, una vanguardia que termina por asentarse en su obra desde un trabajo novedoso y original para la poesía colombiana”.

Amigo inmemorial

Ven a mi casa, amigo,
cuando la tarde se inscriba en el silencio
y las calles, los hombres y las puertas
escojan el clima de la noche.
 
Cuando los termómetros y las chimeneas
se crucen el rostro en la penumbra
y la tibieza —mi perro favorable—
se tienda en las alfombras. 
 
Ven a mi casa, amigo,
para comprobar el olvido y las teorías
de la hormiga delgada, el viento y el arroz.
Para decir definitivamente si la soledad,
es esta taza de té, alrededor de tu voz y de la mía;
o es el nombre de los libros y las niñas
que te cortan el pulso y la memoria.
 
Ha de venir la lluvia con tu mano,
las dos con un vago deseo de caer en mi pelo.
 
Estará para entonces el ruido entre mi piel
y mi muerte irá de ronda de manzana en manzana.
Sólo las palabras saltarán increíbles
como en un entrecortado deporte de labios.
 
La tarde en que descubras mi corazón cotidiano,
vendrás a mi casa, amigo inmemorial…
 
- Emilia Ayarza
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Voces unicentralistas en el universo poético colombiano

En su rol como poetas, nuestros profesores del programa de Creación Literaria también están haciendo importantes aportes al panorama literario colombiano. Las propuestas estéticas de Liliana Moreno Muñoz y Henry Alexander Gómez reflexionan sobre las posibilidades del arte y el poder de la poesía para interpelar a las y los lectores para crear un diálogo abierto que está siempre en curso. Por eso, les compartimos también dos de sus poemas:

…MAL–DECIR

Escribo calcinándome las manos
para enviar señales de humo.
 
Alguna ceniza en tu ojo
dirá, por fin, lo que mi palabra no alcanza.
 
- Liliana Moreno Muñoz
Tomado de En lengua de bruja (2015, Editorial Común Presencia - colección Los Conjurados)

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Efecto mariposa

A los estudiantes caídos
 
Primero fue el silencio palpitando en los televisores,
la declaración oficial del ministro de defensa
argumentando bajo juramento que la tierra es plana
y que Dios es la patria abofeteada.
Luego fue el miedo, el llanto de la madre
al reconocer el cuerpo del hijo bajo el filo de los hospitales.
Luego fueron los gritos,
hombres y mujeres arrastrando la noche,
tropezando con el vértigo de las ambulancias.
Luego fueron las úlceras de una calle cualquiera,
el animal desvencijado,
una palabra ahogada entre el olor de su propia sangre.
Luego fue la caída, el aliento inmóvil,
el disparo directo a la cabeza. La escopeta calibre 12
midiendo con la lengua una retina hecha de preguntas.
Luego fueron las nubes lacrimógenas
que ascendían al cielo igual que los santos,
purificando las oraciones de rigor.
Luego fue la poesía y sus despedidas,
el vocablo lanzado desde el sueño, los tambores,
niños y niñas caminando sobre el agua,
resucitando el milagro de los puños cerrados.
Luego fue el día buscando sus afanes,
la sed de las alcantarillas,
los periódicos levantando la voz,
un raro aire que recorría la ciudad
de esquina a esquina, de corazón a corazón.
Luego fue el colegio y sus cicatrices,
las conversaciones de pasillo, la primera comunión,
la respiración del sol y el más largo de los viajes.
Luego fueron las canicas mapeando la tierra,
la gravedad del primer llanto,
el sudor de la mujer parturienta,
el amor igual a un hoyo negro devorándolo todo.
 
- Henry Alexander Gómez
Tomado de Cadena de custodia (Premio Internacional de Poesía Vicente Rodríguez Nietzche, inédito en Colombia)
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La poesía: una labor que abre nuevos mundos y nuevas miradas

Si bien para algunas personas el rol del poeta puede parecer secundario en la sociedad, acercarnos al vasto universo de la poesía, en este caso colombiana, permite reconocer su aporte clave, como agente activo que dialoga con la realidad desde perspectivas únicas, personales y colectivas. En un mundo lleno de desorden, la poesía ilumina, conecta y crea, a través del lenguaje, un diálogo que atraviesa fronteras físicas y temporales.

Usando como medio la palabra, la creación poética construye lenguajes e imaginarios únicos. “En todos los tiempos nos acompaña como posibilidad de desvío que alimenta el caminar. Así, quien dedica su vida a la poesía intenta, de manera constante, abrir nuevas vías en el lenguaje que nos permitan rehacer los mundos, salir de los cercos ideológicos y sensoperceptivos, hallar otras posibilidades de ser”, afirmó Liliana Moreno.

A la vez, para Henry Gómez, las y los poetas son testigos de la historia: “El poeta sabe anclarse de manera definitiva a la memoria, nos recuerda de qué materia está hecha la humanidad, la palabra como inicio, el mito que es la poesía que da cuenta o trata de asir el mundo desde la contemplación”, expresó.

En ese sentido, “el trabajo de los poetas es erigir universos en los cuales podamos sobrevivir, una música sostenida que es esencia y mirada, sobre todo cuando asistimos a un mundo que se derrumba en la guerra: el genocidio en Palestina, el hambre que sigue haciendo hoyos en los seres humanos. En palabras del poeta chileno Jorge Teillier: El poeta es el guardián del mito y de la imagen hasta que lleguen tiempos mejores”, concluyó Gómez.

A manera de cierre, Liliana Moreno resalta un poema de la escritora Chantal Maillard, titulado “Escribir”, que reflexiona sobre el lugar de la poesía en la actualidad:

Si tú también quieres participar de la poesía colombiana y aprender de la mano con poetas, conoce más sobre el programa de Creación Literaria aquí. 


Andrés Felipe Hernández Carrero
Máster Central
Bogotá, D. C., 4 de octubre de 2025
Imágenes: Máster Central

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