Profesor de la UCentral recibió premio de poesía en Puerto Rico
Henry Alexander Gómez, profesor y egresado de Creación Literaria, recibió el premio Vicente Rodríguez-Nietzsche por su poemario inédito “Cadena de custodia”.
El pasado 15 de marzo fue anunciado el ganador del premio Vicente Rodríguez-Nietzsche, otorgado por el Festival Internacional de Poesía de Puerto Rico: Henry Alexander Gómez, actual profesor de los programas en Creación Literaria de la Universidad Central. Bajo el pseudónimo Marie Curie, presentó su obra Cadena de custodia, que explora la violencia, la represión y la manifestación colectiva por medio del lenguaje poético.
En entrevista con Noticentral, Gómez nos habló sobre su poemario, que será publicado próximamente en Puerto Rico, y sobre sus referentes. Además, nos compartió reflexiones como docente y escritor acerca de los concursos literarios, el trabajo colectivo en el sector artístico y las oportunidades que existen para autores emergentes.
Una exploración poética de la violencia
Noticentral: ¿Por qué te presentaste al concurso bajo el pseudónimo 'Marie Curie'?
Henry Alexander Gómez: Cadena de custodia es un libro sobre la violencia y, precisamente, en Colombia han sido las mujeres las que más han tratado este tema de manera directa. El libro lo abro con tres epígrafes de poetas mujeres colombianas, se trata de Matilde Espinosa, Emilia Ayarza y Mery Yolanda Sánchez.
Estas escritoras hacen parte de mi investigación doctoral en literatura, donde trato de indagar por la mirada de la violencia en la poesía colombiana escrita por mujeres. Siguiendo con la reflexión, decidí usar el nombre de Marie Curie, la gran científica polaca que consiguió dos Premios Nobel.
NC: El acta menciona que en tu obra articulas la voz poética y la denuncia social. ¿Por qué consideras que es importante que las artes hablen y denuncien asuntos sociales y políticos?
HAG: La poeta colombiana Piedad Bonnett ha insistido en concebir a los poetas como la memoria de un país. En efecto, traducir un mundo a partir de la música de las palabras es un ejercicio que da cuenta de un momento social o histórico particular. Este entendimiento de la literatura —y para nuestro caso, de la poesía— puede servir como un referente para asentar un dispositivo más que articule o se sume a una configuración de la memoria histórica, además de ser una evidencia de las violencias sociales que ocurren dentro de ese mismo marco histórico.
Cadena de custodia, igual que otros libros de poesía colombiana que han trabajado el tema de la violencia (en especial el trabajo hecho por mujeres), trata de reflexionar conjuntamente sobre la poesía y el poema. La escritura puede ser un modo efectivo para tratar de entender lo que somos y lo que hacemos, la palabra se puede articular a partir de un tejido universal que hable de nuestra historia individual y colectiva. En este caso, hablar de los sucesos ocurridos durante el estallido social que –según la ONG Temblores— dejó 45 muertes verificadas, 3789 casos de violencia policial, 25 víctimas de violencia sexual y 1649 detenciones arbitrarias.
Escribir poesía sobre la violencia tiene el objetivo de hacer justicia social desde el lenguaje, asimilar otras formas de reparación y aportar elementos para no caer en el olvido al que usualmente se sumerge nuestra sociedad. Es darle un posible nombre al horror, dejar un testimonio que cuente lo sucedido. Es tratar de abrir espacios y caminos para la reconciliación y la no repetición.
Abrir puertas por medio de concursos literarios
NC: Has recibido varios premios de poesía. ¿Qué consejo le darías a otros escritores que quieran presentarse a concursos?
HAG: Primero, se trata de asumir realmente el oficio de la escritura; entender que la creación literaria es una manera particular de asentarse en el mundo y que requiere mucha dedicación y disciplina. El ejercicio de la escritura debe estar muy acompañado de la lectura. Entre más lees, más eres capaz de manejar los recursos y las herramientas de la creación, y también adquieres más elementos y criterio para entender si lo que estás haciendo está bien o mal.
Segundo, nunca hay que escribir para concursos, hay que escribir simplemente para tu propia obra. Ese es el fin de la literatura. En mi caso, escribo un libro, lo trabajo unos dos años, luego lo dejo descansar por un tiempo y después lo vuelvo a trabajar. Cuando ya creo que le he dado cierta consistencia al trabajo y la reflexión, que sus páginas podrían estar cerca de la publicación, miro si hay algún concurso vigente para enviar el manuscrito.
Los concursos son una muy buena herramienta para poder publicar, más en un país donde sigue siendo difícil abrirse camino en el campo editorial con tu obra. Me da gusto que muchos estudiantes, tanto del pregrado como de la maestría en Creación Literaria, ya empiezan a ser reconocidos con diferentes premios literarios. El año pasado, por ejemplo, eso ocurrió en la primera edición del festival y concurso de poesía Reverso, donde los ganadores y finalistas eran estudiantes o egresados de la Universidad Central.

Trabajo colaborativo en la creación poética
NC: Estudiaste la Maestría en Creación Literaria en la Universidad Central y ahora participas en ella como profesor. ¿Cómo ha sido ese cambio de roles?
HAG: Le tengo un gran cariño al programa porque me ha permitido crecer en las preguntas necesarias sobre la creación literaria, primero como estudiante y luego como docente. Son espacios muy importantes donde los escritores, ya sean estudiantes o docentes, abren puertas de reflexión sobre el quehacer de la escritura en conversación con los grandes libros de la literatura universal y los libros que se están publicando ahora.
Me gusta ser docente tanto en el pregrado como en la Maestría en Creación Literaria porque nunca se deja de aprender. Hoy entendemos que la escritura es un oficio que nunca se aprende del todo y siempre surgen diferentes preguntas. De eso se trata la tarea de la escritura: saber que nunca hay certezas, sino preguntas. El verdadero escritor es el que es capaz de entender las preguntas particulares que rigen cierto poema, o un relato o una novela; cada texto tiene sus propias reglas y el escritor debe saber cómo indagar en ellas.
NC: Has sido tallerista y haces parte del comité editorial de la revista La Raíz Invertida. ¿Cómo crees que el trabajo colectivo aporta a la creación artística? ¿Es algo que incorporas en las clases que impartes?
HAG: Sí, desde luego. Lo que hacemos en la Universidad, las clases, la escritura de libros y las reflexiones, debe estar acompañado de una interacción con el entorno. Nosotros debemos saber muy bien cómo funciona el ecosistema del libro: los festivales, los talleres, las revistas, etc. Mi oficio me ha llevado a tener también experiencia como gestor cultural, editor y tallerista. Toda esta experiencia la comparto con mis estudiantes, con el ánimo de que empiecen a entender las dinámicas del campo literario en Colombia y sepan cómo pueden empezar a ser agentes en este ecosistema.
En la revista La Raíz Invertida hemos publicado el trabajo de varios estudiantes, tanto sus trabajos reflexivos (ensayo y crítica) como sus poemas. Me gusta mucho cuando el trabajo de mis estudiantes empieza a interactuar con otros lectores por fuera del campus universitario. Hay estudiantes muy buenos que ya inician con una gran obra, y esta debe empezar a moverse en las letras nacionales.
Felicitamos al profesor Henry Alexander Gómez por este reconocimiento de su obra literaria y esperamos la pronta publicación en Colombia de Cadena de custodia.
Andrés Felipe Hernández Carrero
Máster Central
Bogotá, D. C., X de abril de 2025
Imágenes: Máster Central y cortesía Henry Alexander Gómez