Finlandia le muestra al mundo: 5 estrategias para dar mejores clases
Timothy D. Walker, autor de “Enseña como en Finlandia”, revela cómo la pedagogía basada en el bienestar y la motivación transforma el aprendizaje.
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Cuando una persona está feliz, aprende más y mejor. Así lo planteó el profesor Timothy D. Walker en Enseña como en Finlandia, libro en el que comparte sus aprendizajes luego de ser trasladado a ese país nórdico y ejercer como docente. A medida que relata sus experiencias, Walker explica de qué manera se puede crear un ambiente pedagógico basado en el bienestar y la motivación que mejora el estudio.
Según el autor, el sistema educativo finlandés es uno de los más exitosos en cobertura y calidad porque propicia cinco factores clave en la formación de los estudiantes:
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Bienestar: enseñar con la idea de que el alumno esté tranquilo, activo y concentrado.
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Pertenencia: fomentar redes de apoyo entre profesores, equipo psicológico y círculo cercano.
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Autonomía: permitir que los estudiantes exploren lo que les llama la atención a través de planes de estudios o proyectos.
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Dominio: instruir con el propósito de que las personas dominen el tema desde lo fundamental.
- Estado de ánimo: pensar constantemente en cómo se siente el alumno y propiciar espacios de entusiasmo frente a los contenidos. Bienestar: enseñar con la idea de que el alumno esté tranquilo, activo y concentrado.
A partir de estos elementos, Walker brinda consejos para contextos educacionales que quieran ir más allá de lo tradicional. En su opinión, con esta metodología, los estudiantes llegan al “aprendizaje significativo”, un estado en el que el conocimiento es duradero y puede aplicarse en diferentes contextos de la vida.
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Las estrategias propuestas por el autor son adaptables a clases universitarias para jóvenes y adultos, pues ofrecen conceptos esenciales para cualquier profesor que quiera lograr una enseñanza más centrada en cómo funciona el cerebro del ser humano. A continuación, te presentamos las cinco más importantes para ser aplicadas en la educación superior:
1. Descansos entre bloques
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Las clases en Finlandia se destacan por ser de corta duración y permitir que los alumnos se recarguen relacionándose con aspectos esenciales para su aprendizaje. Por eso, los colegios y las universidades de este país nórdico tienen estipulado que, por cada 45 minutos de aprendizaje, se tome un descanso general de 15 minutos. El autor explica que los estudiantes “regresaban atentos y con energía” y que su atención sostenida aumentaba. Además, señala que estas pausas son útiles porque reducen la fatiga mental e incrementan la memoria.
Tomar descansos es ideal cuando la clase dura más de dos horas o si es una lección que requiera de más atención. De acuerdo con Walker, es posible usarlos para hacer estiramientos conjuntos, hablar con el compañero, realizar una dinámica de juego o salir a caminar; también indica que el profesor se puede unir a estas actividades dependiendo del estado de ánimo de los alumnos y de las tareas a realizar en la sesión.
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2. Retroalimentación permanente
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Timothy D. Walker se dio cuenta de que los profesores finlandeses veían la docencia como un acompañamiento intelectual a sus estudiantes, y no como un proceso en el que solo se da información teórica. Por eso, empezó a llevar a cabo espacios de retroalimentación frecuentes con cada uno de sus estudiantes.
En su experiencia, los estudiantes fueron más conscientes de sus puntos de mejora y de las expectativas que podían tener sobre sus notas. Además, la estrategia generó más confianza entre los alumnos y el profesor, porque había una coherencia entre las calificaciones y las percepciones de los trabajos. Tal como lo contó en el capítulo “Mastery”, esta práctica funciona con acciones como:
- Pedir avances cortos de un proyecto y dar observaciones presencialmente.
- Preguntarles a los estudiantes qué es mejorable para ellos en próximas entregas.
- Permitir que los compañeros de clase puedan hacer observaciones sobre los trabajos antes de que el profesor opine.
No obstante, si se está evaluando a un grupo de varios alumnos, el autor considera ideal que la retroalimentación se haga conjuntamente la mayor parte de las veces, y dar una opinión para trabajos individuales vía correo electrónico.
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3. Libertad en clases
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“Cuando los estudiantes pueden elegir, se apropian de su aprendizaje”, indica el profesor Walker. Agrega que permitirles a los estudiantes escoger las temáticas de sus trabajos y cómo presentarlos logra que consideren útil lo que aprenden en clase.
El libro señala que, al principio del semestre, sería bueno preguntarles a los alumnos qué les gustaría aprender y cuáles son las expectativas que tienen sobre el curso. Esto tiene como fin adaptar conjuntamente el plan de estudios para incorporar proyectos de acuerdo con sus ideas.
La educación finlandesa no es la única que valora la flexibilidad académica. También el Diseño Universal de Aprendizaje (DUA) propone, como pilar fundamental de la docencia, estimular el interés de los estudiantes con motivación desde los gustos personales y refuerza la responsabilidad personal sobre su proceso formativo.
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4. Dar clases en diferentes espacios
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Una de las cosas que más aprecian los finlandeses es la tranquilidad que les da la naturaleza. Por eso, la experiencia de los docentes de Finlandia ha demostrado que hacer clases en parques, en un museo, un auditorio u otros espacios diferentes al aula logra que los estudiantes puedan:
- Ver la teoría aplicada de forma tangible.
- Concentrarse, porque el cerebro recibe información novedosa frente a los estímulos a los que está acostumbrado.
- Aprender profundamente, ya que la mente crea un recuerdo y le es más fácil llegar a ese conocimiento adquirido en ese momento.
De hecho, cambiar de espacios también es útil porque “reduce los niveles de estrés y eleva la curiosidad en maneras que un aula tradicional no puede”, señala el autor en el libro.
5. Traer expertos constantemente
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Unido a aprender contrastando la teoría y la práctica, Walker encontró innovador invitar a expertos constantemente a su clase. La principal razón es que brinda ejemplos reales sobre aquello que se habla en las sesiones académicas y, simultáneamente, muestra referentes a los alumnos para inspirarse.
En un contexto universitario, hablar con expertos aporta a que el estudiante pueda crear redes de contactos con profesionales destacados y, desde una perspectiva cercana, tener respuestas frente a sus expectativas al ejercer la profesión. Por esa razón, Walker recomienda invitar a colegas para paneles, espacios de reflexión e, incluso, para que complementen ciertos conceptos.
Con estas prácticas cotidianas, los maestros pueden fomentar ambientes de aprendizaje más creativos y participativos, donde los estudiantes no solo disfruten lo que aprenden, sino que alcancen un aprendizaje realmente significativo y duradero.
Estos principios, recogidos en la experiencia de Timothy D. Walker, ofrecen a los profesores unicentralistas diferentes perspectivas para fortalecer sus clases y reflexionar sobre el papel del bienestar en la enseñanza.
Lina María González Correa
Máster Central
Bogotá, D. C., 17 de octubre de 2025
Imágenes: Freepik y Máster Central