Estudiantes neurodivergentes: enseñar para una educación diversa
Con estas estrategias educativas, los profesores lograrán que personas con neurodivergencias puedan aprender de manera efectiva en la universidad.
Todo el mundo aprende diferente: unos prefieren escuchar, otros ver para entender y algunos solo practicar, pero, ¿cómo formarte en un entorno universitario cuando te cuesta realizar actividades habituales de un estudiante como socializar, leer o prestar atención? La neurodivergencia agrupa estos y más comportamientos como parte de un conjunto de distintos trastornos cognitivos:
- El trastorno de espectro autista (TEA), afecciones que impiden el funcionamiento común de la interacción social y la comunicación;
- El trastorno por déficit de atención (TDAH), que perjudican la atención sostenida y el autocontrol;
- La dislexia, trastorno con el que a la persona le cuesta leer;
- El trastorno obsesivo compulsivo (TOC), el cual produce pensamientos recurrentes y conductas repetitivas incontrolables.
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Una persona neurodivergente es aquella que posee una variación del funcionamiento neurológico y cognitivo que impacta el procesamiento mental de estímulos exteriores.
Según un estudio hecho por la consultora Deloitte, se estima que entre el 10 % y el 20 % de la población mundial tiene algún tipo de divergencia. En un espacio universitario, los mayores retos que enfrentan los estudiantes neurodivergentes es que sus compañeros y profesores desconocen cómo construir un ambiente propicio para las necesidades particulares que presentan.
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¿Cómo trabajar con alumnos neurodivergentes?
El espectro autista y el déficit de atención son las capacidades diversas más comunes en la UCentral, según Natalia Perdomo, psicóloga de Bienestar Estudiantil. En ese sentido, la profesional recomienda tener métodos de enseñanza enfocados de la siguiente manera:
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Trastornos de espectro autista (TEA)
- Mantener rutinas predecibles para el estudiante: usualmente, los cambios bruscos les producen a las personas con TEA ansiedad o frustración. Por eso, darles una estructura definida de clase con apartados de tiempo específicos es adecuado.
- Usar apoyos visuales: las imágenes ayudan a que los estudiantes con espectro autista puedan entender más fácil la información y organizarla sin sobrecargarse mentalmente.
- Hablar en un lenguaje concreto: para tener una comunicación efectiva con una persona con TEA, es mejor que se eviten las instrucciones ambiguas o metáforas, ya que el procesamiento del lenguaje es mayoritariamente literal.
- Promover espacios de clase tranquilos: quitar ciertas texturas que sean molestas, ruidos fuertes o luces intensas ayuda a centrar su atención.
Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH)
- Dar instrucciones breves: los alumnos con TDAH tienden a perder la atención cuando es una indicación muy larga; por eso, decir lo que debe hacer concretamente funciona.
- Dividir tareas largas en pequeños pasos: esto permite que la persona no se sienta abrumada, porque mejora la organización y así puede enfocar su atención fácilmente.
- Validar positivamente el autocontrol: felicitarlos cuando esperan el turno para hablar o pueden autorregular sus impulsos, los motiva a seguir practicando esas acciones.
- Establecer reglas claras: poner límites controla sus impulsos y fomenta una mejor convivencia con sus compañeros.
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Otra de las recomendaciones que hace la experta es que los estudiantes realicen actividades fuera de clase que estimulen la concentración y la flexibilidad cognitiva, para ejercitar la neuroplasticidad. Estas estrategias también pueden beneficiar a personas con dislexia (trastorno que dificulta la lectura) junto con materiales visuales con textos breves.
En el caso de alumnos con trastorno obsesivo compulsivo, es ideal adaptar espacios con pocos estímulos y ofrecer parámetros flexibles para la entrega de trabajos, ya que muchas personas con esta neurodivergencia pueden presentar una alta exigencia en torno al perfeccionismo, el orden y la limpieza en distintos aspectos de su vida.
Estas estrategias responden al principio del Diseño Universal para el Aprendizaje (DUA), que busca crear entornos educativos accesibles para todos los estilos y condiciones cognitivas
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¿Cómo ayudar a los estudiantes universitarios neurodivergentes?
Inicialmente, es importante entender en qué consiste la neurodivergencia del estudiante. La psicóloga Natalia Perdomo explica que los alumnos con alguno de estos trastornos reciben un acompañamiento psicológico desde su ingreso en la Universidad para conocer su contexto familiar, emocional y las necesidades particulares que tengan. Con ello, Bienestar Estudiantil puede explicar las características de esta neurodiversidad a los profesores y los estudiantes, con el fin de que sepan cómo ajustar sus clases e interacciones.
Comprender las neurodivergencias es útil para el maestro, porque “puede apoyar, orientar y ser canal; si el profesor conoce sobre esta condición, ya no interpreta [las actitudes de personas neurodivergentes] como un reto a su autoridad, y ahí cambia la manera de relacionarse”, señala Perdomo.
Para aprender más sobre neurodivergencia en entornos académicos, la profesional recomienda acercarse a Bienestar Estudiantil para recibir información acertada sobre cómo funcionan estas particularidades cognitivas. De igual manera, indica que los profesores pueden adquirir más metodologías pedagógicas enfocadas en estudiantes neurodivergentes en capacitaciones grupales o individuales con el equipo de Psicología, a las cuales es posible inscribirse a través de correo electrónico.
La Universidad Central impulsa a su planta docente a seguirse capacitando sobre neurodivergencias y formas diversas de aprendizaje. Promover una educación centrada en las personas es clave para que cada unicentralista pueda destacar desde sus habilidades.
Lina María González
Máster Central
Bogotá, D. C., 16 de octubre de 2025
Imágenes: Máster Central