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Los retos de integrar la IA en las universidades

Jorge Betancur, líder de Ciencia, Tecnología y Matemáticas de la Escuela de Estudios Transversales, reflexiona sobre la integración de la IA a la academia.

Los retos de integrar la IA en las universidades

 

La inteligencia artificial (IA) ha sido ampliamente estudiada y aplicada en los ámbitos social y educativo, con numerosos beneficios bien documentados. La discusión actual centra la atención principalmente en las IA generativas, que ahora están disponibles en acceso abierto.

La inteligencia artificial tiene un potencial innegable para transformar la educación, pero me surge escepticismo al considerar su verdadera profundidad, especialmente a corto plazo. En el panorama actual, es fundamental resistir el alarmismo y el reduccionismo tecnológico promovidos por ciertos organismos que exaltan una "revolución educativa a través de la IA" o incluso aquellos más apocalípticos que auguran "el fin de la educación tal como la conocemos".

Estas ideas, en realidad, son estrategias utilizadas por la industria para impulsar el hype y avivar el frenesí a través de comunicados de prensa disfrazados de papers pseudocientíficos. Es esencial comprender que la tecnología no conlleva efectos inevitables que afecten de manera uniforme a todas las esferas sociales, sino que es un artefacto cultural inserto en campos de fuerzas conflictivos, y su impacto siempre es complejo, mediado y contingente.

Las IA generativas y la construcción de conocimiento

En los últimos meses, hemos presenciado un fenómeno de gran impacto en los ámbitos educativos a raíz del lanzamiento de las IA generativas, que tienen la capacidad de generar contenido original a partir de datos existentes. Esta nueva tecnología ha generado un cisma epistemológico, provocando debates académicos en torno a cómo estas herramientas pueden afectar y transformar la construcción de conocimiento. Incluso figuras destacadas como Chomsky han adoptado posturas que se inscriben en el paradigma analógico de dicho debate.

La primera reacción de muchos docentes fue la de advertir sobre las trampas que surgían al permitir que las IA generadoras de contenido fueran utilizadas por estudiantes para realizar actividades dentro o fuera del aula. Sin embargo, muy pocos se atrevieron a hacer preguntas genuinas sobre la reconfiguración de su práctica pedagógica ante esta nueva realidad.

Durante varias décadas, educadores e investigadores hemos enfatizado la necesidad de transformar nuestro sistema educativo, pasando de un enfoque reproductor a uno de mediación cultural y política. Personalmente, como educador, celebro su abrupta aparición en el contexto educativo, porque ya no hay posibilidad de atrincherarse o quedarse inmóvil frente a las críticas sobre la educación mecanicista.

¿Cómo integrar la IA en las universidades?

En Colombia, decía el maestro Fernando González, somos muchachos juiciosos y estudiosos, siempre expectantes a recibir teorías y rutas que se instalan desde otras latitudes, pero carecemos de propuestas concretas y vitalidad.

Actualmente, hay numerosos intelectuales y educadores que hablan y hablan (me incluyo), pero pocos tienen algo por decir debido a la falta de suficientes evidencias para comprender las consecuencias del uso de la IA generativa en los procesos de enseñanza y aprendizaje.

Particularmente, considero que abordar los retos de la integración de la inteligencia en las universidades, más que enumerar beneficios, herramientas y discusiones éticas, desde un sistema educativo ideal –como he visto en la mayoría de los artículos publicados en los últimos meses–, pasa por situar problemas complejos y responsabilidades de realización en contextos reales de aula atravesados por la masificación, la diversidad y la precariedad tecnológica.

Los claustros universitarios deben:

  1. Favorecer espacios tranquilos y sin prisa de debate, en donde puedan surgir, en primer lugar, problemas auténticos relacionados con el uso de la IA en las prácticas pedagógicas de los docentes, abordando sus contextos particulares y sus campos de conocimiento; en segundo lugar, espacios que faciliten la construcción de rutas de trabajo colaborativas –tanto disciplinarias como interdisciplinarias– que desarrollen conjuntos de herramientas que permitan la implementación adecuada de las IA en el aula.
     
  2. Sin caer en la mera tecnocracia de ofrecer cursos cortos de capacitación impartidos por “expertos” ajenos al aula, es fundamental comprender que los docentes, como plantea Giroux, son intelectuales capaces de transformar y reflexionar desde su conocimiento pedagógico y su práctica académica. Estos docentes podrían actuar como agentes de cambio en la educación superior y como intermediarios para traducir las dinámicas tecnológicas en prácticas concretas.


La universidad juega un papel fundamental en la formación ciudadana y la preparación de nuestros estudiantes para el mundo laboral, que inevitablemente estará influenciado por el uso generalizado de esta tecnología. Por consiguiente, se vuelve imperativo llevar a cabo una adaptación curricular en los planes de estudio de los diversos programas académicos, que integre las IA en cada campo disciplinar. La omisión de esta adecuación curricular podría agravar aún más la exclusión existente, ya que la universidad tiene la responsabilidad de fomentar la equidad y mitigar el impacto de las disparidades en el acceso tecnológico basadas en el origen social de los estudiantes.

Diálogo con los algoritmos y el mundo analógico

Desde mi perspectiva y experiencia con esta tecnología, la integración de la inteligencia artificial en el contexto educativo implica un enfoque que equilibra resistencia y uso activo. Es decir, es necesario posicionarnos desde la perspectiva de las resistencias, en el marco de las libertades democráticas y los derechos humanos, para enfrentar la tendencia de utilizar la IA como una única fuente de verdad y hacer frente a su narrativa ideológica. Pero también debemos reconocer y usar la capacidad de las IA en las aulas como artefactos culturales de complemento útil para el desarrollo humano.

No podemos defender la universidad quedándonos estáticos y anhelando el pasado. Pensar desde la emancipación, la creación y el pensamiento crítico exige un diálogo con los algoritmos y el mundo analógico.

Nuevos riesgos y desafíos que plantea la IA generativa

La integración de la inteligencia artificial en la sociedad plantea un escenario complejo que exige la corresponsabilidad de diversos actores. Los gobiernos, por ejemplo, tienen la tarea de establecer marcos éticos y regulatorios que promuevan un uso responsable de la tecnología, mientras que las grandes empresas tecnológicas que buscan posicionar estas tecnologías con intereses económicos deben llevar a cabo consultas y evaluaciones éticas adecuadas. Es importante advertir que las élites de Silicon Valley utilizan estrategias comerciales que difunden temores y perspectivas apocalípticas sobre las IA (ciencia ficción), desplazando así su responsabilidad en discusiones sobre contenidos materialistas, como el alto consumo energético y la perpetuación del colonialismo en los países del sur global.

Un uso humano responsable involucra comprender que no hay filantropía en el diseño de estas tecnologías”.

El mayor peligro para la academia radica en los considerables riesgos que puede conducir un uso imprudente y descuidado de la IA generativa. Aunque la mala conducta académica es probablemente tan antigua como la propia academia, los generadores de contenido basados en IA plantean un nuevo desafío en cuanto a la comprensión tradicional de la autoría.

Personalmente, no creo que la validación de la autoría de mis estudiantes deba depender de un software, sino que confío en la capacidad humana para abordar este tema de manera reflexiva e informada, a pesar de los desafíos que esto pueda presentar. Creo en el potencial de las instituciones educativas y en el papel de los docentes para fomentar la responsabilidad en el uso de estas tecnologías mediante un diálogo abierto con los estudiantes.

Nuestra responsabilidad formativa radica en promover la integridad académica, reflejada en posturas éticas, críticas y transparentes en el uso de la tecnología. Entonces, no solo debemos debatir el uso responsable de las IA en el ámbito académico, sino que es imperativo hacerlo posible.

Escuela de Estudios Transversales: un enfoque crítico

En la Escuela de Estudios Transversales adoptamos un enfoque crítico que implica entender que la integración de la IA no pasa por la incorporación o agregación de elementos tecnológicos, sino que es una “operación” en la cual el estudiante moviliza diversos conocimientos para desarrollar una visión integrada de su entorno y actuar en situaciones específicas.

Recientemente, desde los equipos profesorales de cada una de las líneas, se viene discutiendo cómo favorecer una integración en el aprendizaje desde la mediación de los estudiantes con las IA, teniendo en cuenta que sus implicaciones varían según las diferentes competencias señaladas por cada línea de la escuela. Por ejemplo:

  • La línea Humanística y Social se enfoca en comprender la interacción entre las IA y las transformaciones culturales.
  • Cursos como "Historia del pensamiento y la cultura" y "De cibernéticos a ciberpunks" buscan analizar esta simbiosis, fomentando la reflexión crítica sobre los avances tecnológicos y sus repercusiones en los procesos cognitivos, sociales y culturales.
     
  • En el programa de Sintopía Radio denominado "Transeúntes: caminando la palabra" se promueven diálogos sobre el arte, la música y la ciencia en el marco de las IA.  
  • En el caso de la línea de Ciencia, Tecnología y Matemáticas, el objetivo para el año 2023 es la integración de la ciencia de datos y la inteligencia artificial en todos sus cursos:
     
    • En el curso “Pensamiento computacional y tecnologías digitales” se busca desarrollar competencias de programación en Phyton y utilizar ChatGPT como colaborador para diseñar redes neuronales de complejidad baja y aprendizaje de Machine learning, discutiendo también las implicaciones y los riesgos de sesgos asociados a estas tecnologías.
       
    • En el curso de “Videojuegos serios y habilidades de pensamiento matemático” se emplean modelos de lenguaje como Perplexity para diseñar los storytelling de los videojuegos, y la propuesta gráfica de personajes y escenarios se diseña con Midjourney, entre otras aplicaciones.
       
    • En el curso de “Ciencia, tecnología y sociedad” la reflexión adquiere mayor sensibilidad porque los estudiantes diseñan proyectos CTel desde el uso de IA para responder a problemáticas de la comunidad, discutiendo los impactos éticos de su implementación desde los sesgos algorítmicos, la privacidad de los datos y las brechas de desigualdad.


Desde la Escuela de Estudios Transversales, comprendemos que el desarrollo del pensamiento crítico no consiste en adoptar una postura contraria de manera sistemática o permanecer al margen. Más bien, entendemos que comienza por reconocer que somos seres situados, y que nuestras indagaciones sobre las IA deben partir de nuestras razones prácticas y emocionales para comprender la complejidad de este fenómeno.

Nuestro objetivo es dotar a los estudiantes de las herramientas necesarias para comprender y desenvolverse en un mundo laboral complejo, mediado por la inteligencia artificial, al tiempo que fomentamos en ellos la capacidad de tomar distancia y detenerse a reflexionar de manera crítica sobre las implicaciones del diseño, uso e impacto de esta tecnología.

 


 

 

Jorge Armando Betancur Aguirre
Líder de Ciencia, Tecnología y Matemáticas
Escuela de Estudios Transversales
Bogotá, D. C., 26 de junio de 2023
Imagen: Máster Central
Última actualización: 2023-06-26 11:50