La inteligencia artificial en el periodismo: el caso de La República
ChatGPT ya edita periódicos en Colombia. Pero ¿qué es lo que no puede hacer? Descubre cómo la labor periodística sigue siendo irremplazable.
La inteligencia artificial (IA) dejó de ser una herramienta experimental para convertirse en un recurso real en las salas de redacción. El diario económico La República publicó recientemente la primera edición impresa producida casi en su totalidad por IA en Colombia. A partir de los contenidos digitales ya publicados, un modelo generativo reorganizó la información, reescribió titulares, seleccionó fotografías y maquetó las páginas.
El ejercicio, pionero en Iberoamérica, demostró la capacidad de la tecnología para automatizar procesos editoriales que antes requerían horas de trabajo humano. Sin embargo, también abrió un debate inevitable: ¿qué tanto puede delegarse a un algoritmo sin comprometer la esencia del periodismo?
¿Cómo se produjo la edición?
Fernando Quijano, director de La República, explicó que el equipo editorial definió los parámetros para el lector impreso y que ChatGPT se encargó del resto. La máquina leyó los artículos digitales, extrajo datos clave, adaptó los textos a la estructura del periódico y generó los elementos necesarios para el cierre de la edición.
El proceso, que en una redacción tradicional implicaría reporteros, editores, diagramadores y correctores, se resolvió en minutos. Para algunos, fue un avance natural en la integración de la IA. Para otros, una señal de alerta sobre la pérdida de criterio humano en la jerarquización de contenidos.
Reacciones divididas
La edición generó comentarios en medios y redes sociales. Semana la calificó como un hecho histórico para el periodismo colombiano. Varios usuarios la celebraron como un paso hacia el futuro digital. Otros, sin embargo, cuestionaron los riesgos de depender de una tecnología que no comprende contexto, matices culturales ni las implicaciones éticas de una noticia.
En Europa, experimentos similares han tenido resultados mixtos. Si bien optimizan la producción, también han evidenciado limitaciones: errores de interpretación, falta de profundidad y la imposibilidad de ofrecer análisis originales.
La República abrió en Colombia un debate que otros países ya afrontan: la IA puede agilizar el trabajo, pero no puede reemplazar la mirada humana.
Qué aporta la IA a las redacciones
En términos prácticos, la IA permite automatizar tareas repetitivas como resúmenes, reportes económicos, actualizaciones del clima o coberturas deportivas. Analiza grandes volúmenes de datos, detecta tendencias en tiempo real y optimiza la distribución de contenidos en distintas plataformas.
Herramientas como estas liberan tiempo para que los periodistas se concentren en investigaciones de mayor impacto. Además, facilitan la personalización masiva de contenidos para audiencias específicas. Usada de forma estratégica, la tecnología complementa el trabajo, pero no lo sustituye.
Lo que no puede reemplazar la IA
Por más precisa que parezca, una IA no tiene criterio editorial. No sabe distinguir qué dato es relevante ni entiende las consecuencias de publicarlo. Cuando comete errores, lo hace con total seguridad, lo que puede derivar en desinformación. Estos fallos, conocidos como alucinaciones, son una de las mayores preocupaciones en el uso de la IA en medios.
El periodista, en cambio, aporta contexto, contrasta fuentes y evalúa la ética de cada historia. A propósito, Ramón Salaverría, periodista y especialista en medios digitales español, advierte que la IA debe verse como un apoyo y no como un reemplazo. Una máquina puede procesar información, pero no puede interpretar la realidad ni aportar sensibilidad cultural.
Riesgos y desafíos de usar a IA en el periodismo
Además de las alucinaciones, los modelos de IA reproducen los sesgos presentes en los datos con los que fueron entrenados. Esto puede reforzar prejuicios o invisibilizar realidades. Tampoco pueden identificar cuándo una historia requiere un tratamiento especial para evitar revictimización o daño, por ejemplo.
Por eso, su uso en las redacciones debe ser controlado. Integrar la tecnología sin supervisión humana implica perder el valor esencial del periodismo: la responsabilidad con la verdad y con el lector.
El futuro es híbrido
Organismos como WAN-IFRA recomiendan transparencia en el uso de IA en medios, etiquetando los contenidos generados de esta forma y capacitando a los equipos para mantener el control editorial. Associated Press y Reuters han incorporado sistemas automatizados para coberturas financieras y deportivas, pero siempre con la supervisión de periodistas.
El caso de La República deja una conclusión clara: la tecnología puede mejorar la eficiencia, pero la credibilidad sigue dependiendo del juicio humano. Recordemos que el periodismo no se limita a informar; el periodismo contextualiza, investiga y da sentido a los hechos y busca transformaciones. En esa tarea, por ahora, no hay algoritmo que nos reemplace.
Alejandra Quintero Nonsoque
Escuela de Comunicación Estratégica y Publicidad