Algunos experimentos sociales y estudios sugieren que la reducción de la jornada laboral podría mejorar el rendimiento de los trabajadores.
Según el psicólogo laboral sueco K. Anders Ericsson, para que los trabajadores muestren un rendimiento óptimo, su jornada laboral no debería exceder las cinco horas. La razón, según Ericsson, es que después de ese lapso la concentración y la energía de la persona comienzan a decaer, con la consiguiente disminución en la calidad y cantidad de las labores propias de su cargo. Con este mismo propósito, también recomienda que solo se trabajen cuatro días a la semana.
Experimentos realizados en Suecia con la reducción de la jornada laboral de ocho a seis horas parecen confirmar las tesis de Ericsson. Sin embargo, en una sociedad hiperconectada como la actual, donde cada vez es más difícil establecer límites claros entre la vida laboral y el ámbito familiar y personal, estos hallazgos resultan poco menos que polémicos. Para enriquecer el debate en torno a este tema, Noticentral consultó a Leydi Tatiana Morales Ángel, psicóloga del Departamento de Bienestar Institucional y a Gustavo Adolfo Neira González, director del Departamento de Ingeniería Industrial, quienes desde sus áreas de conocimiento respondieron nuestras preguntas:
1. Según un estudio realizado por K. Anders Ericsson, experto en psicología laboral, las personas solo pueden trabajar con eficiencia cuatro o cinco horas al día, y un máximo de cuatro días a la semana. ¿Qué nos puede decir al respecto?
Leydi Morales Ángel: Al parecer, cuatro horas diarias son el tiempo ideal para dedicarle a una actividad laboral. En primer lugar, por efecto de un proceso básico del ser humano como lo es la atención, ya que el hecho de realizar una actividad de manera repetitiva y rutinaria lleva a que la motivación disminuya y, con ello, también la atención.
En segundo término, debemos considerar el bienestar emocional de la persona. Cuando el trabajador cuenta cada día con el tiempo suficiente para compartir con su familia y realizar actividades propias de otros contextos fuera de lo laboral, eso contribuye a su bienestar emocional y, por tanto, a su motivación en el trabajo. Como resultado, al día siguiente la persona llegará con más energía a trabajar, porque sabe que obtendrá como recompensa manejar un equilibrio entre todas sus esferas vitales.
Ahora bien, desde el punto de vista legal es muy difícil que en nuestro país se generen, en el corto plazo, las condiciones necesarias para implementar políticas como estas, que en ciertos países de Europa permiten manejar jornadas laborales más cortas en las que se tienen en cuenta todos estos aspectos del desarrollo humano.
Gustavo Neira González: Desde el punto de vista de la ingeniería industrial no podría opinar en abstracto sobre el estudio del profesor Ericsson, pues para ello sería necesario hacer un diagnóstico de la situación particular y del contexto en el que se realizó dicha investigación, los cuales desconozco.
No obstante, puedo decir que la ingeniería industrial cuenta con diversas herramientas de gestión del talento humano que permiten medir la eficiencia y la eficacia de los colaboradores de una organización. Pero estas herramientas no brindan una respuesta general sobre qué prácticas deben instaurarse para mantener motivadas a las personas y brindarles una experiencia humana de autorrealización, de modo que puedan mejorar su rendimiento.
Dado que el rendimiento laboral puede fluctuar debido a diferentes factores y variables, tales herramientas, desde nuestra disciplina, solo nos permiten hacer un diagnóstico de una situación o de una población particular y, a partir de ese diagnóstico, tomar decisiones estratégicas que hagan que la jornada laboral sea lo más eficiente y eficaz posible.
Un buen ejemplo de la complejidad de esta cuestión es el tema de la productividad y la eficiencia en las profesiones creativas frente a las ocupaciones que implican tareas repetitivas. En el imaginario de las personas (entre las que me incluyo) existe la noción de que en los entornos creativos la productividad tiende a ser mayor, pues en ellos hay un flujo continuo de ideas; sin embargo, la ingeniería industrial también ofrece herramientas de diagnóstico que permiten identificar cómo una persona que desarrolla una tarea repetitiva pueda lograr un mejor desempeño después de pasar por una curva de aprendizaje. Esta curva se caracteriza porque el rendimiento empieza con una tendencia ascendente, llega a un “pico” y, por último, tiende a declinar. Las estrategias que se implementan desde la ingeniería industrial buscan, precisamente, mantener esa curva en lo más alto posible, introduciendo cambios en las actividades de las personas cuando su productividad comienza a decrecer.
En lo que respecta a la reducción de la jornada laboral, estoy de acuerdo con lo dicho por el profesor Luis Fernando Benedetti, experto en talento humano del Departamento de Ingeniería Industrial: en Colombia, el primer o segundo país con más festivos en el mundo, tal medida no sería muy realista. A esto hay que agregar ciertos factores culturales, como la corrupción y la tendencia a actuar conforme a la “ley del menor esfuerzo”, los cuales afectan la eficacia y la eficiencia y que quizás no existen en el contexto en el que se realizó el estudio del profesor Ericsson.
Aun así, el propio profesor Benedetti ha mencionado el caso de éxito de una organización que implementó la jornada laboral de cuatro días en Colombia. Su dinámica es la siguiente: se trabaja en turnos rotativos de doce horas de lunes a jueves, con lo que se cumplen las 48 horas de trabajo semanales; esto, a su vez, hace posible que los empleados descansen el viernes, el sábado y el domingo. Como resultado, se han mantenido unas tasas de productividad muy altas y, además, la empresa ha conseguido importantes ahorros en servicios públicos y otros costos. Debo aclarar que esto se ha logrado a partir de una cultura organizacional bien cimentada, la cual, a su vez, parte de los propios empleados y de su sentido de pertenencia y de responsabilidad hacia el quehacer diario.
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2. ¿Qué recomendaciones les daría a nuestros lectores para aumentar su productividad a lo largo de la jornada laboral?
Leydi Morales Ángel: Dado que una reducción en el número de horas laborales no es viable en el corto plazo, para ser más productivos con una jornada de ocho horas, lo aconsejable es que efectivamente trabajemos ocho horas; es decir, que no traslademos compromisos laborales a nuestro hogar. De lo contrario, terminaremos trabajando diez o doce horas, con lo que descuidaremos nuestra integridad física y emocional, además de nuestra familia. Esto generará desgaste personal y, obviamente, nuestra motivación se mermará. En este sentido, es muy recomendable que la persona desarrolle actividades que sean de su interés y la lleven a explorar sus talentos y sus capacidades.
También, es importante saber manejar los conflictos, dificultades y tropiezos del día a día, y aprender a considerarlos como oportunidades de aprendizaje y de mejora, que pueden servirnos para plantearnos nuevas metas de cara al futuro.
Gustavo Neira González: La primera recomendación es no llevar el trabajo a la casa, ya que es un tiempo que nos pertenece para dedicarlo a la familia y a nosotros mismos. Para lograrlo, se deben organizar y priorizar las tareas que se nos encomiendan, y no perder tiempo en distracciones como el WhatsApp, los medios sociales y “hacer visita” con los compañeros de trabajo en horas laborales.
Si después de aplicar estas medidas y recomendaciones no se alcanza a cumplir con las labores asignadas, puede ser que exista una sobrecarga de trabajo. Para la organización, esto empieza a convertirse en una alerta muy importante y es ahí cuando entran en escena las herramientas de la ingeniería industrial; estas ayudan a hacer un diagnóstico de la situación y a emprender acciones tales como mejorar las asignaciones laborales, estudiar la posibilidad de contratar más personal u ofrecer capacitaciones que permitan a los empleados realizar su trabajo con mayor rapidez y eficiencia.
Asimismo, es necesario realizar nuestras labores y tareas una por una, de manera que no queden a medias y se generen reprocesos. Esto no solo nos ocasionará estrés sino también frustración, porque al finalizar la jornada sentiremos que no hicimos nada. Una última recomendación es recordar que muchas veces una sonrisa puede hacer la diferencia con miras a mejorar las relaciones con las personas que nos rodean en nuestros sitios de trabajo.
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