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Todos somos víctimas cuando se agrede a una mujer

Invitados de alto prestigio académico expusieron ante la comunidad unicentralista diversas experiencias de trabajo con víctimas y agresores.

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Las Naciones Unidas declararon en 1999 que el 25 de noviembre de cada año sería reconocido como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, esta fue seguramente una noble iniciativa para recordar y reflexionar respecto a esta problemática, pero sin duda la gravedad de este fenómeno exige de todos un cuestionamiento más amplio y profundo.

El proyecto Feges (Fortalecimiento de la Equidad de Género en la Educación Superior) es una iniciativa de la Universidad Central en conjunto con las universidades Autónoma de Colombia, Nacional de Colombia e Industrial de Santander, mediante la cual se abren espacios para el análisis de fenómenos sociales que involucren asuntos de género, on el objetivo de acercar a la comunidad unicentralista al debate respecto al maltrato contra la mujer, para esto se convocó a eventos en los que invitados de alto prestigio académico expusieron diversas experiencias de trabajo con víctimas y agresores.

 

¿Quiénes son y cómo se comportan los hombres maltratadores?

Esta fue la pregunta central de la conferencia del profesor de la Universidad de Zaragoza, Santiago Boira, reconocido por su trabajo con hombres acusados y sentenciados por agresiones contra sus parejas, y quien gracias a esa experiencia ha forjado conceptos importantes que permiten detectar claramente algunas características en el comportamiento de los hombres maltratadores.

Pese a esto, el profesor Boira hace énfasis en la necesidad de apartarse de los prototipos construidos a través de los medios de comunicación, en los cuales se pretende encasillar al hombre que agrede a la mujer como un ser irracional, en extremo machista y seguramente con problemas de adicción a sustancias psicoactivas.

 

"No hace falta ser muy agresivo para ser muy violento"

El fenómeno de la violencia de pareja (el que menos se detecta y poco se denuncia), tiene componentes que hacen que el agresor establezca un dominio psicológico sobre la mujer y que su comportamiento intimidador se alterne con expresiones de "afecto". En dichas dinámicas se evidencia también la generación de miedo a través de la amenaza y el maltrato verbal, excusado en celos que son más un comportamiento posesivo, explicó Boira.

 

El papel de los medios

La carrera indiscriminada por conseguir audiencia ha arraigado en los medios nacionales la costumbre de reducir los actos violencia contra la mujer al amarillismo o sensacionalismo, asociando la problemática a condiciones socioeconómicas y al consumo de licor o drogas ilícitas, dejando de lado el trasfondo social y la responsabilidad educativa que les corresponde.

El profesor Boira resaltó la importancia de estos espacios académicos, en tanto que esta problemática requiere ser abordada seriamente por los futuros profesionales. También reconoció que es fundamental el trabajo con las víctimas, sin descuidar la labor social con los agresores (aspecto débil del sistema judicial colombiano).

Ojalá no sea necesario esperar 356 días para recordar a las mujeres víctimas de agresión, es imperioso hacer un alto para reflexionar, para encontrar que quizá muy cerca de nosotros se está produciendo este fenómeno, es momento de alentar a denunciar y educar en el respeto.

 

Jorge Chaparro
Practicnte-Comunicación Social y Periodismo
Bogotá, D.C., 26 de noviembre de 2012
Imágenes: Departamento de Comunicación y Publicaciones
Última actualización: 2019-05-13 12:54