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Periodismo digital: falta mucho por aprender

Las ideas erroneas en torno al periodismo digital siguen distorsionando nuestra percepción sobre las posibilidades que ofrece la convergencia de medios en la red.

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Una frase muy conocida, adjudicada a un montón de personajes famosos, reza: "La vida es eso que pasa mientras hacemos planes". Pues eso nos pasa con el periodismo digital, un periodismo que aún no sabemos hacer ni vender.

Agosto de 2014. Seguimos hablando del periodismo digital como de un ente abstracto, algo desconocido que ha caído del cielo con paticas verdes y tentáculos. Y mientras seguimos dilucidando si es un marciano o un computador, el tiempo se va. El tiempo es algo que internet mide de forma diferente a como lo hacemos nosotros y la red no nos tiene paciencia.

Con base en su investigación La importancia del periodismo digital en la formación de los comunicadores, Stephanie Falla Aroche, licenciada en ciencias de la comunicación y editora de una página sobre tendencias relacionadas con periodismo e internet, define el periodismo digital como la convergencia de medios (prensa, radio, televisión) y recursos en una misma plataforma, llamada internet. Tan simple y complicado como eso. Como toda plataforma (que de nueva tiene poco), necesita un lenguaje que nos conecte con nuestros lectores, espectadores y oyentes, porque la web se lee, se ve y se escucha. En definitiva, y como bien lo señala Falla, "el periodismo digital aprovecha los recursos y servicios que provee la internet para ampliar la información en un solo medio y de forma inmediata".

Enumerar las ventajas de internet es tan anacrónico como hacer un listado de sus defectos. Tampoco se trata de convertirlo en el maná redentor de todos los males. Según los datos del Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, el número total de suscriptores a internet de banda ancha, al finalizar el tercer trimestre de 2013, en Colombia, fue de 7.639.061: una cifra excesivamente baja. Camino queda por recorrer, por lo que no tenemos (ni debemos) que convertir a internet en la única vía de comunicación. Muchísimas personas aún no tienen acceso y eso hay que tenerlo presente.

Pero lo irrefutable es que la red es lo más parecido a la democracia que hemos conocido en nuestras vidas. Como bien decía Churchill, la democracia es el menos malo de los sistemas, no el mejor. En internet no hay clases sociales, tampoco diferencias de género, ni de color ni de todas esas vainas que ilógicamente nos dividen. En la web solamente existen usuarios que consumen y ofertan cosas. Por eso deberíamos conocerla mejor, ya que forma parte indispensable de nuestra cotidianidad; porque no solo de Facebook y You Tube vive el hombre. Los denominados "nativos digitales" de hoy no conocen ni el 20 % del potencial que realmente tiene internet.

A la red hay que conocerla y comprenderla, porque domarla es casi imposible. Se dice de esta plataforma, además, que es una ventana al mundo, pero las ventanas se pueden abrir con muchas finalidades. La red es un espacio que nos permite estar informados (o desinformados) de lo que pasa a miles de kilómetros. Hoy en día, la comunicación viaja más rápido que nunca. Aunque también las mentiras lo hacen.

Nuestra función, la función de los periodistas comprometidos con la sociedad, es hacer un ejercicio ético y riguroso, una búsqueda de la verdad sin partidismo, porque la esencia del periodismo no ha cambiado. Lo que se ha transformado es el continente, no el contenido.

Por eso, lo trágico del asunto no es cambiar de plataforma, sea papel, radio o televisión. Lo dramático está en no hacer un buen periodismo, sea donde sea.

Ángela Rodríguez Verge
Docente del programa de Comunicación Social y Periodismo
Universidad Central
Bogotá, D.C., 25 de julio de 2014
Última actualización: 2019-05-17 14:49