Los hábitos y las actitudes, más que el talento, son los factores más importantes para dominar las matemáticas y lograr resultados satisfactorios.
Las matemáticas son una de las ramas de las ciencias que más dificultades académicas plantea a los estudiantes. De hecho, esta disciplina es la que registra el porcentaje más alto de reprobación en las instituciones de educación superior.
Por lo general, el estudiante suele abordar las matemáticas con actitudes y pensamientos negativos tales como “no puedo”, “es muy difícil”, “yo soy malo para esto”, etcétera. En realidad, para comprender los contenidos de esta ciencia no se requiere ser un genio, sino contar con la disposición, la dedicación y la paciencia necesarias para alcanzar los objetivos de aprendizaje propuestos.
Aprender matemáticas también requiere un esfuerzo continuo, concentración y una buena actitud. En este proceso, el docente desempeña un papel fundamental en el aula de clase, ya que es el encargado de orientar ese aprendizaje y de hacer un seguimiento permanente del progreso y de las dificultades de los estudiantes en esta área.
Sin embargo, no menos importante es el aprendizaje autónomo y el refuerzo de los contenidos por parte del estudiante fuera de los horarios de clase. Con el auge de la tecnología, se pueden encontrar en internet muchas páginas dedicadas a explicar diversos temas de matemáticas, las cuales incluyen herramientas como videos, foros y lecturas que resultan muy útiles para este fin.
La mayoría de los estudiantes que ingresan a la Universidad deben cursar asignaturas del área de las matemáticas necesarias para la carrera que eligieron.
En este contexto, no es raro que los profesores nos encontremos con que el estudiante ha olvidado muchos de los conceptos matemáticos que aprendió en el colegio, o que, en ciertos casos, ni siquiera haya visto algunos temas básicos del área.
Esto plantea una dificultad mayor, ya que los contenidos matemáticos estudiados en el colegio no suelen responder a las necesidades de las distintas carreras, las cuales exigen herramientas matemáticas que puedan utilizarse en la vida y el quehacer cotidianos.
Por estas razones, es preciso adoptar metodologías que le permitan al estudiante entender, conceptualizar y aplicar las matemáticas en su vida profesional y en el día a día. En este sentido, es necesario desechar la idea de que solo se estudia matemáticas para pasar exámenes y tomar conciencia de que esta disciplina es clave para desarrollar formas de pensamiento y capacidades lógicas que ayudarán a profundizar la comprensión de otras áreas del conocimiento y, por ende, a lograr un mejor desempeño académico y profesional.
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