A sus 15 años, Carolina Ladino Vargas es la estudiante más joven del pregrado de Comunicación Social y Periodismo de la UC.
En Perú, la edad promedio de quienes ingresan a la educación superior es de 19 años, en Chile de 20. En las 4.358 instituciones universitarias de nuestro país estamos en el mismo rango. Sin embargo, en la Universidad Central hay estudiantes de 16 años que entran a estudiar una carrera. Pero el récord lo tiene una estudiante nueva de este semestre, quien, con apenas 15 años, ingresó al programa de Comunicación Social y Periodismo.
Es tal vez, la menor de toda la Universidad. Pero tiene claro que esa es su carrera, en la que se quiere desempeñar profesionalmente, haciendo investigación social y publicando reportajes y crónicas en televisión. Carolina Ladino Vargas es ambiciosa.
Es la menor de 226 estudiantes nuevos del programa y de sus 26 compañeros de curso de primer semestre. Le ha sido fácil acoplarse al grupo, pues desde pequeña ha estado acostumbrada a ser siempre la menor en diferentes espacios de su cotidianidad. Aunque tampoco hay mucha diferencia con el resto de los integrantes, cuya edad no supera los 20 años.
Su vida
Su padre es llanero y su madre, de La Mesa, Cundinamarca. Ambos son educadores y por eso ella, en sus primeros años, fue criada por los abuelos, en una vereda de Apulo, también en Cundinamarca. Lo curioso es que afirma que eran campesinos sin mayor formación académica, pero que cuando entró a la escuela rural les llevaba ventaja a los compañeros, pues ya sabía leer, escribir, sumar y restar. De modo que la promovieron de curso y por eso pudo salir antes del colegio.
Se define como perfeccionista y se exige cuando escribe. Lo cual es una necesidad para cualquier comunicador social y periodista. Está segura de que esta es su carrera, pese a que la deserción en las universidades se da en los primeros semestres puesto que algunos comienzan a estudiar “algo que no es lo suyo”.
De modo que, como alguien que viene del campo, entiende la problemática de quienes están en contacto permanente con la tierra, con el agua, con el verde de la naturaleza. Así, aspira a recoger lo que piensan, lo que sienten, lo que anhelan, lo que son los campesinos. “Quiero darles la voz que no les dan los medios de comunicación” porque, explica, “es injusto que los exploten todos los días, con su trabajo, comprándoles los productos a precios muy bajos”.
Resalta que de la tierra nacen relatos “que vale la pena contar”. Por ahora, y en una muestra de independencia, viaja sola todos los días desde Mosquera hasta la Sede Norte de la UC y regresa a casa cargada de historias y de conocimientos.
Carolina menciona que no se imagina en diez años detrás de un escritorio. Le apasionan la investigación, los reportajes y escribir. Su exigencia y perfeccionismo a la hora de hacer las cosas la llevarán a cumplir los diferentes retos que la vida le tiene en frente.
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