Así se titula el libro editado por el Iesco, que recoge el trabajo del proyecto Fortalecimiento de la Equidad de Género en la Educación Superior (Feges) con el programa de Publicidad.
Esta publicación del Instituto de Estudios Sociales Contemporáneos (Iesco) recopila las piezas comunicativas realizadas por los estudiantes de pregrado de Publicidad, entre 2012 y 2016, como parte de un trabajo orientado a generar procesos pedagógicos de sensibilización en torno a temas como violencia de género, diversidad sexual, discriminación e inequidad, entre otros.
El libro reúne los logos diseñados para dar identidad a productos asociados al proyecto (Feges) y las mejores piezas de temas como violencia y discriminación contra las mujeres, violencia en el fútbol, y ciudad y cultura ciudadana, utilizadas en las ediciones 11 y 14 de “La Toma”, evento semestral realizado durante varios años por el Departamento de Publicidad.
La publicación también da cuenta del trabajo de AGO Publicidad, agencia in house de la UC, desde un enfoque diferencial de derechos como parte del impacto del proyecto Feges. Campañas como Familia BIBO del Bosque, ganadora del concurso convocado por El Espectador o la imagen gráfica de la campaña ¡A la trata digo no!, que busca visibilizar, prevenir y contrarrestar la trata de personas en el mundo, son reflejo de este propósito.
Dicho trabajo, así como el libro Diferencia no es igual a desigualdad: un reto para la formación de publicistas, fue liderado por la profesora Lya Yaneth Fuentes Vásquez, socióloga y magíster en Estudios de Género, Mujer y Desarrollo, de la Universidad Nacional de Colombia; directora nacional del proyecto Feges entre 2012 y 2016 y líder, desde hace trece años, de la línea de Género y Cultura del Iesco, en la Universidad Central.
Sobre el trabajo realizado, Lya Yaneth Fuentes reflexiona:
Como el lenguaje y las imágenes construyen “realidad”, configuran identidades y permean emociones, afectos y sentidos, la publicidad y la comunicación visual emergen como campos estratégicos muy potentes para el cambio, por su gran impacto simbólico en la deconstrucción de representaciones, mitos e imaginarios de género. Y qué mejor escenario para la reflexión crítica y la creación que el aula de clase.
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