Desconcierto y risa fue la reacción de los estudiantes cuando entraban a la universidad y veían un montaje teatral. ¡No vale la pena... dar más papaya!
Estudiar en el centro puede generar una sensación de inseguridad que aumenta en la medida en que el estudiante sea víctima de algún episodio de cosquilleo o robo. Para las universidades que están ubicadas en este sector ese ha sido un tema recurrente de preocupación, tanto así que desde hace 15 años conformaron el comité de seguridad de las universidades del Centro.
El comité, con el apoyo de la Policía Nacional, busca unir esfuerzos para ofrecer espacios más seguros para los estudiantes, docentes y administrativos. En este ámbito de colaboración se han adelantado varias acciones, tales como: la patrulla universitaria, en la que vigilantes dotados de medios de comunicación y acompañados por perros adiestrados hacen recorridos constantes en las principales vías de acceso a las universidades; auxiliares bachilleres que son apoyo de la Policía Nacional y que permanecen en los alrededores universitarios; Instalación en las vías públicas de cámaras monitoreadas por las Universidades y por la Policía, entre otros.
Sin embargo, lo más importante en el tema de seguridad es inculcar en la comunidad unicentralista la autoprotección o, en términos coloquiales, el no dar papaya. Así que con este fin, el Departamento de Servicios Administrativos, apoyado por Bienestar Institucional y el Departamento de Comunicación y Publicaciones, ha desarrollado una campaña informativa en la que por medio de consejos le pide al estudiante que sea cuidadoso con sus objetos personales y que informe cualquier movimiento extraño que observe, para lo que debe tener a la mano los números de seguridad. Como parte de esta campaña, el 2 y el 4 de agosto, en la Sede Norte y en la Sede Centro respectivamente, se realizó un evento teatral de lanzamiento en el cual se entregó un plegable con consejos y números importantes.
Durante la jornada, dos actores (un ladrón y una víctima) improvisaron robos, hicieron caer a incautos estudiantes, abrieron silenciosamente las maletas, tomaron computadores pero todo con el claro objetivo de que la comunidad se alertara, denunciara y, lo más importante, se diera cuenta de que debe estar alerta.
