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¿Por qué este proceso de paz es diferente?

Noticentral da una mirada a los intentos que precedieron el actual acuerdo. Aciertos y fracasos.

Paz

 

Ante el último paso para la refrendación de los acuerdos de paz y un cada vez más cercano escenario de posconflicto en Colombia, vale la pena preguntarse si es este un proceso exitoso.

La forma en que se desarrollaron los diálogos que están a punto de marcar el fin del conflicto armado y una nueva era en la vida política y social colombiana es, para algunos, el resultado de experiencias acumuladas durante casi medio siglo.

Expertos y analistas coinciden en que en las últimas seis décadas los intentos por lograr la negociación con grupos insurgentes o de garantizar la paz en los territorios mediante la neutralización o desmovilización han sido casi una decena.

Por ejemplo, en su libro La paz sin engaños (2013) el profesor e investigador Mario Ramírez-Orozco, doctor en estudios latinoamericanos, contempla iniciativas surgidas luego del Bogotazo para controlar las violencias regionales, que si bien se ejecutaron de forma dictatorial por los gobiernos de Laureano Gómez (1946-1950) y Gustavo Rojas Pinilla (1953-1957) surgieron de una motivación pacificadora.

El experto también cuenta entre estos intentos el Frente Nacional (1958-1974), periodo en el que los partidos intentaron detener el derramamiento de sangre por filiación política turnándose para ejercer el poder. Paz bipartidista que el autor señala como 'excluyente', y que precedió al intento de reprimir los movimientos sociales y sus levantamientos violentos por la vía jurídica, durante los gobiernos de López Michelsen (1974-1978) y Julio César Turbay (1978-1982).

Los últimos veinte años

Belisario Betancur

Belisario Betancur se sienta a hablar con las Farc (1982)

De acuerdo con el análisis de Ramírez-Orozco, el entonces mandatario marcó un momento de análisis objetivo del conflicto, a partir del reconocimiento de sus causas estructurales y de contemplar, por primera vez, aspectos como la tierra y la desigualdad social.
Fue entonces que se reconoció a la oposición como actor político, promesa bajo la cual surgió la Unión Patriótica, proceso truncado por el asesinato sistemático de sus integrantes. Además, se firmó el primer cese al fuego entre las Farc y el Gobierno en La Uribe, Meta.

Gaviria

Gaviria y la Coordinadora Guerrillera (1991)

El expresidente César Gaviria establece diálogos con la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar (integrada por miembros de las Farc, el EPL y el ELN). Es la primera vez que se escogen lugares fuera del territorio nacional para esta tarea: Caracas, Venezuela, y Tlaxcala, México. El asesinato del exministro Argelino Durán Quintero, secuestrado por el EPL, rompe los diálogos. Sin embargo, con la constituyente como marco jurídico para garantizar la democracia y la participación ciudadana, se posibilitó la desmovilización de grupos como el M19.

Andrés Pastrana

Andrés Pastrana y el Plan Colombia (1999)

Ante una guerrilla ligada al narcotráfico, el Gobierno Nacional optó por fortalecer su respuesta militar con ayuda internacional. El Plan para la Paz y el Fortalecimiento del Estado, con el apoyo de EE. UU., intensificó la lucha antinarcóticos al tiempo que Pastrana iniciaba diálogos con Manuel Marulanda. Las conversaciones se desarrollaron en medio de un clima de desconfianza y confrontaciones. El proceso dependía del mantenimiento del despeje de San Vicente del Caguán y no de acuerdos que permitieran el avance. Esto le permitió a la guerrilla fortalecer sus filas ante la amenaza del Plan Colombia. En 2002, el secuestro del excongresista Luis Eduardo Gechem terminó con el proceso.

AUC

¿Y las AUC?

Tras el fracaso de la ‘zona de distensión’, los dos periodos del expresidente Álvaro Uribe Vélez se centraron en reforzar la maquinaria militar, mediante la estrategia de Seguridad Democrática, que además puso la mirada sobre grupos armados más recientes que sembraban la violencia en el país. Los primeros acercamientos con las AUC se realizaron durante el gobierno Pastrana y luego se materializaron con el apoyo de la Comisión Episcopal. En 2003, las Autodefensas suscribieron el ‘Acuerdo de Santa Fe de Ralito’ para la consecución de la paz nacional y se comprometieron a desmovilizar a todos sus integrantes. A su vez, la Ley de Justicia y Paz, aprobada para tales fines en 2005, proponía:

-Garantizar el derecho a la verdad, la justicia y la reparación para las víctimas.
-Quienes se acogieran a la Ley deberían pagar una pena privativa de la libertad de entre 5 y 8 años, antes de acceder a los beneficios.
-Deberían adquirir el compromiso de no volver a delinquir.
-Quienes mintieran o no confesaran todos sus delitos perderían los beneficios jurídicos que otorgaba la Ley.

El Acuerdo de Ralito en cifras
Combatientes desmovilizados: 30.000
Postulados para acogerse a la Ley de Justicia y Paz: 2.000
Armas entregadas: 18.051
Actos de desmovilización: 38

Fuente:centromemoria.gov.co

Proceso de paz con las Farc

Sin duda, el actual proceso recoge las experiencias y aprendizajes de muchos intentos por alcanzar el cese del conflicto armado en Colombia, entre esos:

  • La identificación de las causas del conflicto por las partes.
  • El reconocimiento de la participación política de la oposición
  • La definición de zonas neutrales para las conversaciones
  • El reconocimiento y búsqueda de garantías para los derechos de las víctimas.

Elementos nuevos, claves dentro del proceso actual, han sido la cuidadosa formulación de las reglas de juego y la metodología, que se han respetado durante los cuatro años de la fase de diálogos —con apoyo de organismos y expertos internacionales—. También, la clara definición de los puntos a tratar y el hecho de que "nada está acordado hasta que todo esté acordado" y refrendado por el pueblo colombiano.

Pero sobre todo, la voluntad de las partes, en cabeza de sus líderes, voceros y comisiones, por llegar a un acuerdo que termine la guerra, mostrando un gesto de confianza mutua, han marcado el derrotero de un proceso que se ha sostenido más que ningún otro en el tiempo y se acerca el momento de la refrendación, el próximo 2 de octubre cuando se vote el plebiscito, en el que la responsabilidad será de los colombianos.

Laura Blanco
Coordinación de Comunicaciones
Bogotá, 22 de septiembre de 2016
Fotografía de portada: Gloria Yineth Perilla 
Última actualización: 2019-02-27 16:31