Con motivo de la celebración de los quince años del pregrado, Noticentral entrevistó a la primera ingeniera industrial de la UC.
Adriana Arango, quien cursó esta carrera, ostenta un raro privilegio: comenzó sus estudios justo cuando el programa iniciaba actividades, allá por el segundo semestre del año 2000, y es la única estudiante de su promoción que logró graduarse.
Esta doble condición revela dos importantes rasgos personales de Adriana: su visión de futuro (que le permitió “embarcarse” en un programa que apenas nacía en medio de no pocas dificultades) y su gran perseverancia para alcanzar los objetivos que se propone.
Como parte de la conmemoración de los tres lustros de labores de Ingeniería Industrial, Noticentral contactó a la primera egresada de este programa. Esto fue lo que nos contó sobre su paso por la Central como estudiante, su trayectoria profesional y sus apreciaciones sobre el ejercicio de esta rama de la ingeniería en nuestro país.
Noticentral: ¿Por qué decidió estudiar la carrera de ingeniería industrial?
Adriana Arango: Elegí esta carrera porque tiene un amplio campo de acción, que abarca desde la logística, hasta la producción y los procesos. Por tanto, creo que una de mis motivaciones para estudiarla fue la posibilidad de desempeñarme en uno de los muchos campos que me ofrecía.
N. C.: ¿Qué es lo que más recuerda de su paso por la Universidad Central?
A. A.: Creo que lo que más recuerdo de la Universidad es el desafío que afrontó como organización al tomar la decisión de crear el programa de Ingeniería Industrial. Me acuerdo mucho de los inconvenientes que tenía en ciertos momentos, cuando me decían: “Hay que cancelar semestre. No hay suficientes alumnos para dictar la carga completa del semestre”. A veces, Jorge Enrique Mejía, que en esa época era el director de la carrera, me advertía que era posible que tuviera que aplazar. Y yo le respondía: “No, hago lo que sea, así tenga que ver materias de otras carreras como Mecánica o a Ambiental; miremos cómo podemos compensar la carga académica, pero no quiero dejar de estudiar y muchos menos tener que aplazar un semestre”. Así que el principal reto que enfrentamos con Jorge Enrique fue construir y sacar adelante una carrera que, muchas veces, tenía una sola estudiante.
N. C.: Siendo ya una profesional, ¿cómo ve hoy a la Universidad Central?
A. A.: Creo que mis lazos con la Universidad no solo se limitan a lo académico. No es un secreto que Blanca Giral, mi mamá, lleva 25 años trabajando con la Universidad; por eso, son muchos los vínculos que me unen a esta Institución. Aparte de la formación que me legó, siento un aprecio muy especial por la Central por todo lo que le ha aportado a mi mamá, ya que ella ha podido crecer allí como persona y como profesional.
N. C.: A propósito de los 15 años de Ingeniería Industrial, ¿qué destacaría de la carrera en esta celebración?
A. A.: Creo que lo más importante es considerar qué profesionales ha graduado la carrera hasta hoy. Cuando uno es egresado, ya no está tan al tanto de los triunfos que ha alcanzado la carrera, como la acreditación. Aun cuando estoy inscrita en la Oficina de Egresados y me llegan los boletines, a veces no me entero de asuntos de interés para mí como egresada; sin embargo, no es fácil sacar el tiempo para eso cuando ya se está lejos de la Universidad y se tiene una vida totalmente construida como profesional.
N. C.: A su juicio, ¿qué perspectivas de desarrollo profesional tienen los egresados de esta carrera, en especial las mujeres?
A. A.: Es un poco difícil responder esa pregunta, porque, como le digo, no es mucho el contacto que los egresados tenemos con la Universidad. Sin embargo, he tenido oportunidad de trabajar y conocer a muchas egresadas de la Central y creo que sus grandes fortalezas para progresar son su espíritu de emprendimiento, constancia, perseverancia y liderazgo.
N. C.: ¿Qué diferencia al ingeniero industrial unicentralista de sus colegas egresados de otras universidades?
A. A.: Creo que los factores que diferencian a los ingenieros unicentralistas están marcados por las distintas promociones. Cuando yo salí, hace diez años, la carrera tenía un enfoque más administrativo; sin embargo, yo no me orienté por esa línea, sino que me especialicé en temas de producción, proyectos y procesos. Según puedo percibir, las nuevas generaciones se enfocan más en operaciones y logística, lo cual está en armonía con el entorno y las necesidades del mercado, y ese es un gran acierto de la Universidad.
N. C.: Háblenos un poco de su trayectoria profesional desde que culminó sus estudios de ingeniería industrial...
A. A.: Cuando estaba en los últimos semestres de la carrera, entré a Colpatria. Allí comencé trabajando como cajera auxiliar y después pasé a ser cajera principal. Posteriormente, ascendí a subdirectora y a directora operativa. Luego pase al área de tecnología a manejar temas relacionados con el proceso de software. Más adelante me convertí en profesional de la PMO, donde tenía a mi cargo todo lo relacionado con la gestión de proyectos, muy en línea con la estrategia del negocio. El último cargo que desempeñé allí fue el de líder de procesos en un proyecto estratégico del banco.
Sin embargo, hace cuatro años, llegó un momento en que me dije: “Toda mi carrera profesional se ha desarrollado aquí; he crecido, pero siento que debo dar un salto porque quiero hacer otras cosas y explorar otros temas diferentes”. Entonces me fui para una compañía llamada Computec Experian, que tiene varias líneas de negocio, tales como Computec Outsourcing (que es donde estoy ahora), Computec Datacourier (que es la línea de mensajería) y Datacredito.
Cuando llegué a la empresa, esta tenía 213 empleados; ahora somos alrededor de 500. Entré como jefe de calidad, cargo que en aquella época estaba muy ligado a temas relacionados con calidad y, por ende, a la certificación en la norma ISO 9001. Creo que uno de mis logros fue cambiar un poco esa concepción y ampliar las funciones y el alcance del cargo, logrando que esta jefatura hiciera un aporte más amplio en temas de proceso y mejoras a la operación. Fue así como desde hace unos seis meses pasé a ser directora de control interno y de procesos. Ahora cuento con la colaboración de dos personas y manejo temas relacionados con la gestión de proyectos y la implementación y mejoramiento de procesos. Trabajo muy en línea con el área de operaciones y le reporto directamente al presidente de la compañía.
N. C.: ¿Qué otros estudios ha realizado desde que se graduó en la Central?
A. A.: Hice una especialización en gestión de productividad y mejoramiento continuo, en la Universidad del Rosario. También he realizado cursos en auditoría de calidad y en el tema de riesgos, y estoy certificada en ITIL.
N. C.: ¿Cuáles considera que son sus fortalezas?
A. A.: Creo que soy una persona proactiva, a la que le gustan los retos. Siempre estoy buscando nuevos horizontes; no me gusta estar en una zona de confort, ya que esto no me da tranquilidad, sino todo lo contrario, porque siento que dejo de crecer.
N. C.: ¿Qué consejo les daría a los estudiantes de Industrial?
A. A.: Les diría a los estudiantes que se exijan y que les exijan a los profesores; de lo contrario, cuando salgan, se darán cuenta de que hicieron todo un proceso de cinco años y quedaron con muchos vacíos. A veces, esto no es culpa exclusiva del docente, sino de uno como estudiante. Creo que en la vida se recibe conforme a lo que uno exige. Si se quedó con los conocimientos básicos de la carrera, fue porque no se tomó la molestia de exigirle al profesor o de preguntar e indagar más.
N. C.: ¿Qué les recomendaría a quienes desean desarrollarse profesionalmente como emprendedores?
A. A.: Creo que lo más importante para ser emprendedor es tener claro qué se quiere en la vida y saber para dónde se va. Esto implica tener conciencia de cuáles son mis metas, mi cima, saber cómo se va a establecer ese plan de trabajo para progresar y cómo se va a llegar adonde se ha propuesto.
